En “Huérfanos de Brooklyn” (2019) Frank Minna (Bruce Willis) maneja una agencia de detectives en la conflictuada ciudad de New York en la década de los años 50’.
“Huérfanos de Brooklyn” nos muestra a que mayoría de sus empleados son jóvenes que fueron rescatados de orfanatos y adiestrados en el oficio por el mismo, creándose una relación de padre y jefe a la misma vez.
Entre esos discípulos se encuentra Lionel Essrog (Edward Norton), quien sufre del síndrome de Tourette.
La repentina muerte de Minna, lo llevará a investigar una red de crimen, corrupción y el racismo, cuyos responsables quizás sean algunos altos líderes de la clase alta profesional neoyorkina.
Edward Norton, un gran actor con mucho reconocimiento y una notable carrera que incluye alrededor de treinta películas. Hace veinte años que deseaba poder adaptar a la pantalla grande la NOVELA “Huérfanos de Brooklyn” escrita por el escritor Jonathan Lethem en 1990.
Pero a diferencia de la historia original, ambientada en los años 90’, Norton toma la acertada decisión de trasladarla temporalmente a fines de la década de los 50’, precisamente cuando en New York se cimentaron las bases arquitectónicas. Como el famoso Puente de Brooklyn, entre otros. Y los poderosos buscaban borran del territorio a los barrios más pobres y marginales, poblados por gente afroamericana en su gran mayoría.
Norton convoca a otros actores y amigos como Bruce Willis; William Dafoe; Alec Baldwin; Bobby Cannavale; Cherry Jones; entre otros, para que lo acompañen a cumplir su sueño de dirigir su propia y personal versión de “Huérfanos De Brooklyn”, donde también cumple el papel de guionista y productor.
Estética y formalmente la película se ubica dentro del subgénero Noir/ Policial Negro (que justamente no a propósito brilló en los 50’ en Hollywood).
Se reproducen destacadamente muchos de los chicles del género tales largas noches en bares llenos de música jazz; submundo criminal en altas y bajísimas esferas sociales; una agencia de detectives privados que lucen elegantes gabardinas; una mujer fatal que el este caso no es rubia, ni pelirroja, sino afroamericana y encima activista por los derechos de los suyos (Gugu Mbatha-Raw).
También hay un ambicioso e inescrupuloso villano (Alec Baldwin), que no es un matón o mafioso cualquiera.
Randolph Moses está al frente de varias empresas públicas relacionadas con la construcción de rutas y parques. Y ostenta un gran poder con ayuda de la corrupción municipal y del alcalde de turno.
Este personaje está basado en una persona real, Robert Moses, conocido como “constructor maestro”, pilar en el paisaje de New York y su modernidad.
A medida que el metraje se va desarrollando (que son 144 minutos, pero que pasan sin más), los ecos de otros clásicos del Neo-Noir (el policial negro moderno) como “Barrio chino” (Roman Polanski, 1974), que reconstruyó a el género bajo el sol del día. O de “Alphaville” (Jean-Luc Godard, 1965) quien con su detective de gabardina gris y primorosa memoria, se puso tras la investigación de detectives en un mundo distópico.
“Huérfanos De Brooklyn” (2019) no solo tiene una simple representación decorativa de los años 50’, también le da espacio a cuestiones políticas y de denuncia social.
Este Lionel Essrog/Edward Norton, un hombre con una discapacidad especial, que lo hace repentinamente estallar en muecas o verborragia, pero con una inteligencia, un instinto y una memoria realmente magistrales.
En “Huérfanos de Brooklyn” (2019) Norton reinventa el arquetipo del detective privado, un personaje por lo general rudo y oscuro, para transformarlo en otro más vulnerable, cálido y humano.
“Huérfanos de Brooklyn” (2019) es una gran retorno a la dirección de Edward Norton. Su última incursión había sido en la comedia romántica “Divinas Tentaciones” ( 2000), un impecable viaje al pasado y una magnífica historia sobre la justicia y la verdad.
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