Hoy tratamos una de las grandes pelis del género negro. Está protagonizada por un enorme Robert Mitchum, una genial, malísima y retorcidísima Jane Greer, en la que, posiblemente, sea la composición definitiva de una femme fatale y un muchacho que estaba empezando por aquel entonces, un tal Kirk Douglas. Es una peli llena de suspense, pasión, intriga y una poderosa sensualidad. Otro aspecto que llamará nuestra atención es el personaje interpretado por Douglas, un inquietante gángster, eso sí, de modales exquisitos. El espectador se identifica inmediatamente con el personaje de Mitchum, si bien un tanto oscuro, porque nos sentiremos amenazados, como él, por ese otro tipo, del que adivinamos que será capaz de cualquier maldad, sólo por satisfacer su deseo de venganza.
Por no faltar, no nos falta ni el chantajista, figura que no debe obviarse en ninguna peli de cine negro, que se precie de serlo. Con todos estos ingredientes previos, preparaos a disfrutar de este clásico, cuyo guion está firmado por Daniel Mainwaring, autor, también, de la novela “Construye Mi Patíbulo” en la que está basado.
Jeff Bailey es el dueño de una gasolinera en un apartado pueblo interior de California. Prometido con una buena chica, Ann Miller, se dedica a la pesca y a hacer planes de futuro, para construir una casa y casarse con ella. Un buen día, aparece Joe Stefanos, uno de los matones del gángster Whit Sterling, para comunicarle que su jefe quiere hacerle un encargo. Jeff no puede negarse; En un prodigioso flash-back, nos explicará, a Ann y a nosotros, el porqué. Años atrás, cuando era detective privado en Nueva York, recibió el encargo de encontrar a Kathie Moffat, amante de Sterling, que, tras disparar contra éste, había huido con 40.000 dólares. La encontró en Acapulco, pero ambos se enamoraron y huyeron…. Y ya no os destripo más.
Una fotografía perfectamente entrelazada con la historia, obra del reputado Nicholas Musuraca, una estupenda banda sonora de Roy Webb y la acertada dirección de Jacques Tourneur convierten esta película en una obra cumbre del noir. Tourneur gustaba de hacer el montaje de las películas a través de la cámara, el plano y las fuentes de luz, algo totalmente presente en “Retorno Al Pasado” (“Out Of The Past”) (1947) y en su otra gran noir “Anochecer” (“Nightfall”) (1956) que, también, recomiendo encarecidamente.
Durante el rodaje, Douglas y Mitchum se enemistaron de por vida, frente a la seriedad y concentración del primero, que buscaba hacerse un hueco en Hollywood con ésta, su segunda película, estaba la improvisación y las gamberradas de Mitchum, que, ya muy aficionado a la marihuana y el alcohol, dedicaba las noches a irse de juerga a los territorios Shoshone, tribu nativa de las montañas de California dónde se rodó la peli.
En definitiva, una película de gran ritmo, con grandes protagonistas y secundarios e imprescindible si queremos empaparnos del mejor noir. ¡A disfrutarla, pues!
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