Jim Jarmusch satisface la sed vampírica con “Solo Los Amantes Sobreviven” (Only Lovers Left Alive, 2014).
Para los vampiros de Jarmusch en “Solo Los Amantes Sobreviven”, los mortales como tú y yo (¿habrá algún vampiro leyéndome?) son como zombies: personas dormidas, con un intelecto moderado y de quienes deben subsistir a pesar de ser superiores.
Como si fueran los padres de la humanidad, Adam (Tom Hiddleston) y Eve (Tilda Swinton) son la pareja de vampiros que protagonizan esta historia letárgica sobre el estilo de vida de los vampiros sobrevivientes.
Jarmusch nos muestra cómo deberían ser estas criaturas: seres muy superiores, inteligentes, refinados y dominan las artes del hombre más allá de los deseos humanos.
Adam, de cabello oscuro grasiento y ojos azules, crea música rock escondido en las afueras de Detroit, acosado por los fanáticos muy a pesar de mantener un bajo perfil y forzado a conseguir la sangre a través de traficantes. Tiene un mozo humano, un “zombie”, que usa como recadero. Adam está en depresión y contempla la posibilidad de dejar el mundo para siempre.
Al otro lado del océano, Eve es provista de la mejor sangre por su mentor, Marlowe (John Hurt), y se enriquece con la cultura Marroquí, viviendo sin preocupaciones. Al saber que su amante de toda la vida está pasando momentos difíciles, decide hacerle una visita.
Juntos disfrutan del encierro, extasiados con la sangre humana más selecta.
Su tranquilidad se interrumpe con la llegada inesperada de Ava (Mia Wasikowska), una vampira adolescente con una sed insaciable. Más traviesa que malvada, no puede controlar su instinto igual que Adam y Eve, quienes solamente consumen producto limpio, por lo que deciden distanciarse de Ava, desterrándola. Eve sugiere a su amante dejar todo atrás y volver con ella a Marruecos, donde sin saberlo la sangre escaseará y tendrán que recurrir a su forma más básica para conseguir de nuevo el alimento.
En “Solo Los Amantes Sobreviven” Jim Jarmusch macera el género con una historia contraria, donde las tomas e iluminación transmiten la desolación de los personajes, la vergüenza y tragedia de su condición: superiores al hombre pero dependientes a él.
Juntos han pasado los siglos y sus cambios, enfrentándose a un mundo decadente una vez más.
La tecnología es otros aspecto curioso en el diseño de producción, combinando lo moderno con lo antiguo. Una conversación telefónica requiere de un complicado sistema de monitores y transmisores armado por Adam, mientras que Eve habla casualmente usando su iPhone.
La casa de Adam funciona con un transistor de energía que él mismo inventó, para nunca quedarse sin luz por las noches. Siempre está en búsqueda de adquirir guitarras antiguas para crear un sonido específico. Con solo tocar la madera puede conocer su procedencia, al igual que con solo rozar una página Eve puede leer un libro entero.
En una forma, los vampiros perfeccionan los placeres del hombre, pero sin éste no les sería posible sobrevivir, lo que los vuelve parásitos, algo inferior a pesar de sus mayor apreciación de la vida.
“Solo Los Amantes Sobreviven” (Only Lovers Left Alive, 2014) no encaja en el thriller sino en el drama fantástico, alimentado de romance y nostalgia.
La asociación es salvación y desgracia, mostrando una relación en base a su dependencia, una sed que no pertenece a este mundo.
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