“The Transfiguration” es una película independiente del género Drama / Horror, que salió en el año 2016. Este filme fue dirigido y escrito por Michael O’Shea. La película trata sobre el joven Milo, quien vive en Nueva York con su hermano mayor. Milo es fanático de los vampiros, y su mayor fantasía es convertirse en uno algún día, pero cuando conoce a Sophie una joven igual de introvertida que él, lo obliga a enfrentar su obsesión obscura y diferenciar su fantasía con la realidad.
Esta película no es tu estereotípica película de horror de vampiros. Este filme es un genero que me gusta llamar “horror real” o “horror realístico”, me refiero a que las situaciones de este filme dan más miedo porque podrían ocurrir en vida real. Es una película tranquila, se toma su tiempo desarrollando sus personajes y creando la atmosfera. Poco a poco sientes una incomodidad profunda y dudas hasta seguir viéndola. Entendería porque alguien la encontraría aburrida, puede ser lenta, pero si eres fanático de historias bien contadas (como lo soy yo) pues apreciaras esta cinta.
Hay varias escenas en esta película que podría decir que me traumaron y se mantuvieron en mi cerebro por varias noches. Incluso mientras escribo esto varios momentos vuelven a mi y me siento incómodo.
Me gusta mucho el comienzo del filme. No voy a decir que pasa, pero te da información valiosa del personaje de Milo. Es un adolescente como cualquier otro, pero hace cosas horribles. Mientras seguimos aprendiendo sobre el en el transcurso de la película y conocemos su historia aprendemos sobre su familia y su situación, haciendo que te sientas mal por él. El escritor crea un gran balance de simpatía y disgusto hacia Milo. Su personaje es uno que desafía a la audiencia y es muy interesante. Sabes que lo que esta haciendo esta mal, pero a la vez lo defiendes porque lo entiendes.
Todos los actores hacen un buen trabajo en especial el actor de Milo, llamado Eric Ruffin, este joven tiene un buen futuro por delante. La cinematografía y dirección muy buena, esta película es un buen ejercicio para cineastas que quieren hacer películas con poco presupuesto.
Si le dan la oportunidad, confíen en mi que les gustará. El tercer acto en particular hace que todo valga la pena, con un final agridulce pero esperado. Es una película simple pero real, el guion es muy inteligente y efectivo. Aunque se que no es para todo el mundo, no puedo dejar de recomendarla, merece ser vista.
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Escrito por Anthony Ortiz.
