La mejor actuación en la carrera de 𝗝.𝗞. 𝗦𝗶𝗺𝗺𝗼𝗻𝘀.
J.K. Simmons es el actor que tu mamá siempre describe como el “señor que sale es muy serio, simpático pero que casi siempre sale en papeles chiquitos”. IMDb le da crédito por 147 títulos como actor, pero sólo uno fue necesario para consagrar su carrera. Y fue acompañado de gente nueva que logró obtener un 𝗢𝘀𝗰𝗮𝗿. 𝗗𝗮𝗺𝗶𝗲𝗻 𝗖𝗵𝗮𝘇𝗲𝗹𝗹𝗲 hace una adaptación de un cortometraje propio poniendo a 𝗠𝗶𝗹𝗲𝘀 𝗧𝗲𝗹𝗹𝗲𝗿 y Simmons al mando de “Whiplash”.
𝗔𝗹𝗮𝗯𝗮𝗱𝗮 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗳𝗲𝘀𝘁𝗶𝘃𝗮𝗹 𝗱𝗲 𝗰𝗶𝗻𝗲 𝗦𝘂𝗻𝗱𝗮𝗻𝗰𝗲 y premiada por una docena de festivales, relata la historia de un baterista (Teller) que aspira a ser uno de los grandes y su via crusis en las manos de un desalmado e hipócrita instructor (Simmons), que desencadena una trepidante confrontación de egos en que ninguno de los dos está dispuesto a ceder.
Miles Teller era un actor relativamente desconocido cuando fue seleccionados para el rol principal. Cambiando las teen movies por el drama, da un paso firme como actor serio dando vida a este joven que tiene altas expectativas de sí mismo. Su familia lo subestima mientras su profesor lo humilla como método de perfeccionamiento. Pronto debe decidir si su pasión por su instrumento es más grande que tener una adolescencia normal, tomando el reto hasta el límite. Simmons desata su lado más agresivo haciendo un personaje odioso, letal, que temes y amas en cantidades exactamente iguales. Fue la carta de presentación de Damien Chazelle para ganarse un lugar en Hollywood como uno de los directores de nueva generación más exitosos.
Sin embargo, se podría decir que la batería es el personaje principal. La película nos hace confiar mucho en el instrumento para crear el ritmo de la trama. Las secuencias de acción adquieren poder con la repetición milimétrica, así como las acciones de los personajes, conjugados con genial simpleza de la historia, te capturan y te mantienen al filo del asiento.
Fotografiada con geniales encuadres, el uso del color y la austeridad de la producción destacan el talento de Chazelle en explotar una idea con recursos creativos y desarmarnos para sentir el redoble de la carrera al éxito: lo sanguinaria que es nuestra ambición cuando buscamos demostrarnos a nosotros mismos que somos más de lo que se espera.
Tanta adrenalina no cabe en una redacción. Es de no perderse.
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