En un comienzo, siendo el cine el único multimedia de la época en sus primeras décadas de existencia y estando su producción bien controlada por los grandes estudios, se desarrolló todo un mecanismo de producción industrial de películas. Así se programaba no la exhibición de una película pura, sino de verdaderos rotativos que ofrecían, por el mismo precio, una serial y dos películas. A la película principal se sumaba una de menor costo, y producción barata y apresurada, que por su condición de relleno, pasó a ser llamada serie B. Posteriormente la serie B evolucionaría hasta ser un género por derecho propio, pero en aquel tiempo, iba adosada al cine normal.
En la época comenzó también la relación entre el negocio del cine y el de la música. Personajes tan disímiles como Mario Lanza, Frank Sinatra, Marlene Dietrich, Jorge Negrete o Carmen Miranda, por mencionar unos pocos ejemplos casi al azar, desarrollaron carreras paralelas como cantantes y actores, con éxito variable según la época y el país.
Las llamadas series dominicales eran historias dirigidas al público infantil o juvenil, y que por ende, ofrecían historias de vaqueros, de aventuras o de ciencia ficción. Constaban de una docena de capítulos de algunos minutos de extensión cada uno y terminaban en “cliffhangers” que obligaban al espectador a acudir al cine el domingo siguiente, para saber cómo el protagonista saldría del peligro de muerte. Historias dominicales de matinée como por ejemplo Flash Gordon contra el universo no solo le dieron carta de naturaleza en el cine a personajes por entonces recientes como Flash Gordon, Superman o Batman, sino que son la evidente fuente de inspiración para los futuros éxitos fílmicos posteriores como Star Wars o Indiana Jones.
Tras el alza del llamado “Blockbuster” en la década de los 70’s, y quien en conjunto con los avances tecnológicos de las décadas consiguientes y un mayor acceso a la información, traerían consigo el alza de los cines multiplex, salas tecnológicamente innovadoras y altamente capacitadas para proyectar múltiples películas simultaneas (Desde 2 o 3 hasta casi 25) trayendo cada vez más espectadores a las salas de cine, seducidos por la superioridad de calidad visual y sonora, incluyendo efectos como el 3D o las salas 4D. Cambiarían el consumo de la audiencia e incentivarían técnicas de retención de audiencia como lo son los “remakes”, “reboots”, “spinoffs”, y el uso de la intertextualidad en las películas.
El sector audiovisual ha estado en constante evolución. En la actualidad la industria cinematográfica no podía quedarse atrás. Gran parte de los procesos en las fases de preproducción, producción y postproducción son digitales. Los eslabones finales del cine, la distribución y la exhibición, habían resistido la ofensiva tecnológica, pero finalmente, se está transformando para dar paso al cine digital. Con el alza de las plataformas de streaming y Video On Demand en el siglo XXI aún estamos en medio de un proceso transformativo para el cine que seguirán cambiando nuestros modos de consumo y las técnicas de distribución para las películas por venir.
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