Akira Kurosawa nació el 23 de marzo de 1910 en Tokio. Fue el séptimo hijo de Isamu un oficial de carrera descendiente de samurais y de Shima Kurosawa, perteneciente a una rica familia de comerciantes.
Ingresó, debido a su gran interés en esa época por la pintura, en la Academia de Bellas Artes de Tokio, aunque no acabó sus estudios. El que se convertiría en el más conocido de los directores japoneses, irónicamente, más famoso fuera que dentro de su país, comenzó en 1936 a ejercer como guionista y ayudante de dirección del director Kairo Yamamoto en los estudios Toho, en Tokio.
Su primera película, Sugata sanshiro (La leyenda del Judo, 1943) estaba dividida en dos partes y trataba de un joven maestro de judo. Comenzó a ser reconocido internacionalmente con su duodécima película como director, Rashomon (1950), protagonizada por Toshiro Mifune, una de sus obras maestras, que en plena posguerra abre las puertas del cine japonés a Occidente al ganar el León de Oro de la Mostra de Venecia.
Otras películas destacadas serían: Vivir (1952), Los siete samurais (1954), Los canallas duermen en paz (1960), El idiota (1951), de Dostoievski, o Macbeth y El rey Lear, de Shakespeare, que rueda como Trono de sangre (1957) y Ran (1985), respectivamente, El infierno del odio (1963); Barbarroja (1965); Dersu Uzala (1975), oscar a la mejor película extranjera de ese año; Kagemusha. La sombra del guerrero (1980); Los sueños de Akira Kurosawa (1990), y Rapsodia en agosto (1991).
En 1990 le otorgaron un oscar honorífico al conjunto de su obra.
Casado con Yôko Yaguchi de 1921 a 1985 y padre de Kazuko e Hisao Kurosawa.
Akira Kurosawa falleció en Setagaya, Tokio, el 6 de septiembre de 1998.