Si existe una significativa particularidad, un sello fraguado que presta relevancia y altura a nuestro preciado cine argentino, es aquella que posee la virtud de la narración de historias profundas que exceden límites fronterizos; y nos representan con real orgullo y dignidad; cartas de presentación para demostrar nuestro elevado arte en cualquier rincón del mundo.
Y he aquí “Fuga De La Patagonia” (2016). Una obra codirigida por Javier Ceballos y Francisco D’Eufemia. Generada con prestancia y altura, que muestra desde un drama de supervivencia.
Basada en la bitácora de viaje y el conspicuo devenir en la inmensa Patagonia Argentina, de un personaje tal vez recordado por la denominación de un Glacial o un parque nacional; pero que su camino social e histórico, posee relevancia completa. Uno de esos tantos olvidados y no difundidos por la historia.
El trabajo narra un segmento de la historia de el explorador Francisco «Perito» Moreno, quien comanda una expedición en el sur de la república. Quien al ser acusado de espionaje y condenado a muerte por una tribu indígena, debe darse a la fuga del lugar para salvar su vida.
Para situarnos en tiempo y espacio, el rigor histórico nos demarca que el Francisco «Perito» Moreno, emprendió diversos viajes a la zona citada, en función de cartógrafo e investigador de las etnias que poblaban la amplia región; y que gran parte de los descubrimientos y relevamientos topográficos realizados, luego fueron utilizados para la sanguinaria y cruenta “Conquista del desierto”, que estuvo a cargo del por entonces presidente Julio Argentino Roca.
La misma nos llevara al intentar conocer un poco más el cómo y el porqué del derrotero de sus personajes, y tomar una postura propia.
Dentro de un marco natural casi paradisíaco y un ritmo de aventura y dinamismo, esta fuga posee dos vórtices estructurales de importancia. Uno es el de la reconstrucción histórica de hechos y personas tal vez desconocidos, que fueron artífices, arte y parte, en épocas de desarrollo hacia futuro.
Mostrándolos de plano desde sus temores, dudas y coraje entre lo inhóspito del lugar.
Más allá de los ribetes disímiles y las diversas visiones de los historiadores a partir del suceso citado, dentro de la obra “Fuga De La Patagonia” se produce el sesgo tan importante y meritorio de la reflexión y el análisis.
Y el otro es el desarrollo técnico, que a través de la lograda dirección de fotografía, a cargo de Lucio Bonelli, pone de manifiesto la hermosura total de aquella parte de nuestra región, sitio desértico, duro y hostil hacia el hombre blanco. Retratando imágenes cautivantes y de maravilloso tenor. Su diseño de arte, vestuario y partitura musical, a cargo de Pablo Borghi, que con maestría captura en notas toda aquella esencia que la narrativa de base posee, generando una ambiental acertado y adecuado.
Un muy buen reparto actoral pone en movimiento este meritorio y sorprendente trabajo que es “Fuga De La Patagonia”.
Bernardo Morico, Hector Bordoni y Pablo Ragoni, generan el nervio interpretativo en su justa medida, y armoniosamente.
El hombre en peligro, las decisiones y el ímpetu por el descubrimiento son rasgos de importancia que notaremos en cada fotograma; desde el espíritu de sobrevivir entre amplias montañas y senderos que interpelan y provocan en el científico un cambio de visión radical y sistemático, ante la espuria consigna de “Civilización o Barbarie”; y el rol del hombre reflexivo y ciudadano delante de lo supremo y sagrado que posee la naturaleza en todo su esplendor.
Francisco «Perito» Moreno, científico; director de museo antropológico de La Plata; Diputado Nacional; controversial; de armas tomar; de nombre de magnificencia natural y de calle, debatía en sus días entre la contrariedad hipócrita del poder reinante y su misión de conocimiento.
Ante tanta matanza concebida, desde sus lentes pudo observar lo espectacular y ser una parte más de lo que básicamente conformamos; seres que pugnamos a diario por sobrevivir en una jungla cementada que se dirime entre la desigualdad y el individualismo.
El «Perito» se definía en tierras indómitas, comandando su propio rumbo, equidistante a la ampulosa ciudad, a igual distancia entre sus dos contrariados sentimientos, nos constituirá de reflejo permanente.
Allí donde las herramientas sociales no poseen importancia alguna.
Allí donde tan solo el proceder “civilizado” se convierte en el melodrama más intimista.
“Fuga De La Patagonia”. Aventura reflexiva.
Cine Argentino, y del bueno.
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Crítico cinematográfico especializado en Cine Argentino.