Keanu Reeves ha protagonizado una cantidad de títulos brutal en Hollywood. Algunos de ellos ya son referencia dentro de la industria, mientras otros, estaría bueno borrarlos para siempre del firmamento general cinematográfico.
Sin embargo, tiene varias historias en su haber que quedan justo en el medio. Hoy me gustaría transitar ese espacio y, “El Reto” (Hardball, 2001), es el ejemplo perfecto para hacerlo.
Aunque en su momento tuvo calificaciones terribles por parte de la crítica, “Hardball” es uno de esos dramas que se ganan el corazón del espectador sin mucho aspaviento.
Un joven y guapísimo Keanu, interpreta a Connor O’Neill, un tipo bebedor e irresponsable con un problema de apuestas que lo tiene con el agua hasta el cuello.
En éste punto, está seguro que su amigo Jimmy (Michael McGlone), un ejecutivo exitoso, lo ayudará a salir de sus deudas, y es así, pero con una condición.
Jimmy es el entrenador de un pequeño equipo de béisbol en uno de los barrios marginales de Chicago, pero siendo honestos, tiene mejores cosas que hacer. Por ello, le ofrece a Connor darle un cheque cada semana que vaya saldando su deuda si se compromete con el entrenamiento de los niños.
Connor no puede estar más lejos de ser un coach y mentor de este carismático grupo de chicos que encuentran en el deporte una puerta de salida a los peligros y la falta de oportunidades con que amenaza el destino.
No sospecha que serán ellos, junto a su maestra de escuela, la señorita Wilkes (Diane Lane), quienes marcarán el cambio en su suerte que, por primera vez, le ofrece la apuesta hacia un camino mejor.
Como dije antes, “Hardball” no tuvo las mejores críticas.
Palabras como “predecible, melodramática y prefabricada”, surgieron a su alrededor. Sin embargo, habló de ella con el placer con el que se tienen en la filmoteca personal, títulos que necesitamos no porque sean joyas, sino porque cumplen, al menos para mí, una tremendísima función del contar historias: inspirar y, “Hardball” me inspira.
Espero se den la chance de buscar esta cinta y de verla con el gusto de encontrar algo valioso.
Les prometo que van a disfrutar las palomitas y al final, el corazón se va a sentir también un poquito más rechoncho.
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Marysol Jasso es una adicta a la ficción. Desde pequeña, siempre ha encontrado en el cine y la televisión universos deliciosos para complementar su realidad. No fue mucha sorpresa que haya decidido estudiar de manera profesional cine y guión para seguir viviendo, por gusto y profesión, llena de conflicto, drama y giros inesperados.
