“Una Sombra En La Nube” (2020) comienza en el año 1943. En pleno apogeo de la Segunda Guerra Mundial, la capitana y piloto Maude Garrett (Chloë Grace Moretz) es enviada en misión a un bombardeo B-17 en la base aérea Auckland.
La acompañan un maletín con un contenido ultrasecreto y una tripulación solo de colegas hombres, que apenas arribar le harán bromas misóginas y de tono sexual.
El vuelo parte desde Nueva Zelanda hacia Samoa, pero en el camino la nave sufrirá una emboscada japonesa y también sorpresivamente el ataque de una especie de criatura fantástica.
Solo la tripulante Maude parece tener la valentía y las suficientes agallas para enfrentar ambos peligros y también salvar el contenido de su misteriosa valija.
La directora neozelandesa y de origen chino Roseanne Liang nos propone con su magnífica película “Una Sombra En La Nube” (Shadow In The Cloud, 2020), un relato apoyado inicialmente en un origen/conflicto bélico, pero que luego reclina en el mejor exponente del género de cine fantástico. Con la fuerte presencia de una protagonista con principios de liderazgo, la piloto Garrett.
Algo así como una cruza entre la real espía neerlandesa Mata Hari y el personaje de ficción Sarah Connor/ Linda Hamilton en la magistral “Terminator” (James Cameron, 1984).
El foco de la acción, que a mitad de metraje y para adelante es mucha y intensa, está en la heroína Maude Garrett.
Maude Garrett, magistralmente interpretada por la actriz Chloë Grace Moretz, quizás en concordancia con otros papeles como en la comedia de superhéroes “Kick- Ass” (Matthew Vaughn, 2010), donde brillaba con su temprano talento y fotogenia.
Ella, atrapada en un cuarto en la punta de un avión, con las limitaciones del espacio, a millares de metros de altura y rodeada de hombres y enemigos que la detonan, es lo más interesante que la directora eficazmente nos quiere mostrar.
Aclaro que “Una Sombra En La Nube” es una película pequeña, de esas del tipo Clase B.
Pero que nos mantendrá atentos y entretenidos de principios a fin y que jamás pretende ser más de lo que demuestra, en justos y exactos 83 minutos.
Su trama tiene tanto de incoherencia, como de delirio y nobleza y nunca reniega de su espíritu ochentoso y mucho menos de sus citas cinéfilas (con el inmenso director John Carpenter y a la serie de los 70’s “Twilight Zone” a la cabeza).
Anteriormente nombre la aparición de una extraña criatura en la historia. Bueno este se presenta como un “Gremlin”. Una leyenda folklórica de origen británico, quien en tiempos de guerra se lo hacía responsable si algún avión o máquina se rompía o dejaba de funcionar.
Estas especies de duendes eran el sufrimiento de las tripulaciones aéreas, especialmente las irlandesas y escocesas, que habitualmente los nombraban en sus historias sobre la guerra.
Ahora volviendo a la ficción y el artificio cinematográfico, el primero que imagina “Gremlins” en sus cortos animados es el productor Walt Disney.
Pero tras un primer arranque con el prolífico relato de un ex piloto, esta idea quedó trunca por problemas financieros en la década de los años 40’.
Es finalmente el dibujante de “Looney Tunes” Robert Clampett, quien con su corto animado “Falling Hare” (Justo del año 1943) materializa a estos monstruos. Mostrando al famoso conejo Bugs Bunny en un bombardeo y en combate contra un temible Gremlin.
Luego se hacen mundialmente conocidos y de culto gracias a el director Joe Dante y su clásica película “Gremlins” (1984, un año increíble para el cine de género). Pero corriendose un poco de primer determinación.
Volviendo a la película que nos compete; En “Una Sombra En La Nube” acompañan a Moretz los actores Nick Robinson, Taylor John Smith y elenco. Los increíbles efectos especiales están a cargo la empresa Weta Digital del director local Peter Jackson;y la banda de sonido, abundante en sintetizadores y en música techno-wave de Mahuia Bridgman-Cooper.
Políticamente incorrecta en algunos párrafos, con situaciones absurdas y humor casi negro, “Una Sombra En La Nube” es de esas pelis para ver una tarde en el sillón de casa.
Muy acertada en su forma de contar una historia; con una gran mujer a cargo; bichos y vísceras; un prólogo animado soñado; y de paso sacando el mayor provecho posible de sus limitaciones (creo eso no es poco).
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