David Fincher es uno de esos directores cuyas películas son perfectamente reconocibles visualmente.
Su impronta es tan cuidada y personal que cada fotograma podría, después de ser firmado, exponerse como un cuadro en un museo.
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Una de las cosas más difíciles de rodar es una conversación. Y en eso David Fincher es un maestro nivel superior.
Desde “Alien 3” (1992) a “Mank” (2020), una conversación rodada por Fincher es un microrrelato en sí mismo.
Al contrario que la mayoría, decide rodar largos y complicados parlamentos consiguiendo que el resultado, que en otro sería insoportable, sea un momento culminante que permanece en nuestra memoria.
¿Hace falta recordar el final de “Seven” (1995), que -formalmente- no es más que una conversación entre tres personajes?
Vamos a ver un ejemplo de la que, para mí, es su mejor película: “Zodiac” (2007).
“Zodiac” (2007) con guión de James Vanderbilt cuenta (dos horas y 38 minutos) la historia de la búsqueda del asesino en serie conocido como “asesino del Zodiaco”.
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Una de las secuencias clave sucede cuando Robert Graysmith (Jake Gyllenhaal) queda con Bob Vaughn (Charles Fleischer) para que le proporcione información sobre un sospechoso.
Todo transcurre en un ambiente relajado, donde el anfitrión ofrece amigablemente una taza de té.
La conversación se desarrolla sin ningún incidente, hasta que Graysmith señala que los mensajes que manda “el asesino del Zodiaco” tienen el mismo tipo de letra que unos carteles de cine.
Bob Vaughn corrige a su invitado, es ÉL quien dibujó esos carteles.
De pronto todo se torna amenazador.
Graysmith está convencido de que su educado anfitrión podría ser el asesino de varias personas.
Vaughn se ofrece a bajar al sótano para comprobar unos datos.
La situación empeora cuando lo invita a bajar.
Recorre el siniestro lugar…
… hasta encontrar a Vaughn entre sombras.
El miedo es palpable y para reforzar está sensación Fincher usa un encuadre tremendamente claustrofóbico, con líneas verticales y perpendiculares con puntos de fuga, donde el personaje queda atrapado.
Mientras mantiene al presunto asesino entre sombras y líneas verticales.
Cuando lo muestra es de forma claramente amenazante.
Graysmith consigue salvar la situación y llegar a la salida, pero está cerrado.
Vaughn, como en una película de terror, sale de la “nada” -vemos su reflejo en el espejo-.
Finalmente, la situación llega a su clímax: ¿le dejará salir o intentará matarle?
Vaughn abre la puerta y Graysmith sale precipitadamente…
… mientras su anfitrión le despide con una sonrisa.
La secuencia se resuelve, pero la duda sigue en Graysmith y por ende en el espectador:
¿Es Vaughn el “asesino del Zodiaco”?
Si quieres saber la respuesta y disfrutar de una estupenda película debes ver “Zodiac” (2007).
Si ya la has visto, revísala. Volverás a disfrutar tanto o más que la primera vez.
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Director y guionista de cine y televisión. Profesor de Historia del cine, de guion y de dirección en diferentes escuelas e instituciones. Como escritor ha publicado estudios, críticas y artículos relacionados con el séptimo arte. Ha publicado Te acordarás de mí, una novela negra ambientada en el Madrid de Primo de Rivera.
