“La Noche Del Cazador” o cómo se le conoce en inglés “𝗧𝗵𝗲 𝗡𝗶𝗴𝗵𝘁 𝗢𝗳 𝗧𝗵𝗲 𝗛𝘂𝗻𝘁𝗲𝗿” es un thriller americano dirigido por Charles Laughton en 1955, protagonizada por 𝗥𝗼𝗯𝗲𝗿𝘁 𝗠𝗶𝘁𝗰𝗵𝘂𝗺, 𝗦𝗵𝗲𝗹𝗹𝗲𝘆 𝗪𝗶𝗻𝘁𝗲𝗿𝘀 Y 𝗟𝗶𝗹𝗹𝗶𝗮𝗻 𝗚𝗶𝘀𝗵. Basado en la novela del mismo nombre escrita por 𝗗𝗮𝘃𝗶𝘀 𝗚𝗿𝘂𝗯𝗯.
Considerada una cinta cultural, histórica y estéticamente significativa por la librería del congreso estadounidense, y calificada como la segunda mejor película de todos los tiempos por la famosa revista 𝗖𝗮𝗵𝗶𝗲𝗿𝘀 𝗗𝘂 𝗖𝗶𝗻𝗲́𝗺𝗮. Además de ser una de las películas favoritas de grandes directores como 𝗚𝘂𝗶𝗹𝗹𝗲𝗿𝗺𝗼 𝗗𝗲𝗹 𝗧𝗼𝗿𝗼, 𝗥𝗮𝗶𝗻𝗲𝗿 𝗪𝗲𝗿𝗻𝗲𝗿 𝗙𝗮𝘀𝘀𝗯𝗶𝗻𝗱𝗲𝗿, 𝗥𝗼𝗯𝗲𝗿𝘁 𝗔𝗹𝘁𝗺𝗮𝗻 y 𝗠𝗮𝗿𝘁𝗶𝗻 𝗦𝗰𝗼𝗿𝘀𝗲𝘀𝗲.
La película trata sobre un ministro religioso vuelto asesino serial que intenta engañar a una viuda y sus dos hijos para robarles los $10,000 que escondió su difunto esposo.
Un maravilloso cuento de hadas perverso y cinematográfico, de asombrosa capacidad hipnótica, creativa y de verdadera experimentación. Hoy considerada una obra maestra indiscutible, este drama onírico tiene toda una historia detrás de su realización que la hace destacar de otras películas de su época. Es por eso que hoy exploraremos un poco sobre su fotografía y producción.
Tras 36 días de rodaje, el director Laughton, quien hasta entonces sólo había dirigido teatro en Inglaterra, experimentaba por primera vez con las técnicas cinematográficas. Esto lo llevó a tomar ciertas decisiones poco ortodoxas que lo llevaron a salir del molde del cine comercial estadounidense.
Mantuvo a su editor y compositor musical presentes en el set durante el rodaje, algo inusual incluso en nuestros tiempos.
A pesar de que en un inicio Laughton intentó rodar en locación, se optó por un estudio en Hollywood para poder crear sets e iluminación con mayor libertad técnica, además de utilizar el rancho Rowland V. Lee en el valle de San Fernando, California, para las tomas exteriores.
En vez de filmar tomas tradicionalmente, Laughton sólo tomaba claqueta al principio de cada carrete de rollo y dejaba la cámara rodar continuamente hasta que éste se terminase. Para así poder dirigir a los actores en tiempo real sin tener que esperar el reacomodo de la cámara y el sonido entre tomas. Algo similar al estilo de dirección de la era muda.
La actuación de Robert Mitchum trata una técnica de teatro épico desarrollada por Bertolt Brecht, la cual consiste en una autoconciencia de las acciones, que más que suspender la credibilidad de las acciones ante el espectador, nos obliga a verla como lo que es, una actuación, justo lo que el personaje está haciendo al intentar engañar a todos.
El director de fotografía Stanley Cortez, quien anteriormente había realizado la fotografía de “El Cuarto Mandamiento” de Orson Welles, visitaba a Laughton durante la preproducción para explicarle las bases del lenguaje visual, del cual decidieron inspirarse por el look del cine expresionista alemán de los años 20’s, caracterizado por sombras bizarras, diálogos estilizados, perspectivas distorsionadas, escenarios surreales y ángulos de cámara poco convencionales.
Cortez optó por usar el rollo fílmico Kodak Tri-X relativamente nuevo en ese entonces, por sus contrastes nítidos los cuales se adaptaban bien a la visión del director. Sin embargo el estudio peleó constantemente por modificar el rodaje a color por motivos de mercadeo y se opuso al alto contraste de las tomas de Cortez.
Es por esto que la fotografía fue dividida en dos estilos, uno más tradicionalmente sombrío y de “cine negro” para las tomas en la casa de los Harper, y un estilo más expresionista y onírico para las de la perspectiva de los niños.
El diseño de arte realizado por Hilyard Brown, justifica la inspiración en el cine expresionista alemán con aquel de la perspectiva infantil, ya que tenía la idea de que los niños solo notan aquellos detalles de sus alrededores en los que se enfocan, y es por eso que algunos sets fueron construidos de formas abstractas y minimalistas. Con luces neones sin fuentes prácticas, cercas que no rodean ninguna casa, graneros que parecen pintados y la recamara de los padres simbolizando una capilla.
Estos detalles de arte y fotografía hicieron dudar a los ejecutivos de United Artists, quienes se preocupaban de que el resultado fuese demasiado artístico. Al final el estudio no supo cómo promocionar la película debido a su carencia de género específico y decidió no invertir dinero en promoción. Ni siquiera quisieron financiar un pequeño tour nacional de exhibición en las ciudades donde el teatro de Laughton ya era popular.
Esta película no fue bien recibida con las audiencias en el cine, fue menospreciada por críticos que la condenaban demasiado rara y pretenciosa, además recibió fuertes críticas por parte de grupos religiosos.
Laughton tomó el fracaso comercial de esta película de forma personal y jamás volvió a intentar hacer otra película, dejando a La Noche Del Cazador como su única obra de cine. Con el tiempo, críticos como Roger Ebert y cineastas como Martin Scorsese ayudaron a reevaluar la opinión pública de la cinta, brindándole cierta reputación entra las instituciones fílmicas quienes finalmente acordaron considerarla un clásico del cine de los años 50’s y una de las mejores películas de la historia.
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Te dejamos algunas imágenes más sobre “La Noche Del Cazador”, una de las películas mejor fotografiadas de todos los tiempos.
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