“Los llamados “thrillers de suspense” (…) ponen al público en un estado de parálisis próximo a la histeria”
Definición de ‘suspense’ extraída del Diccionario Técnico Akal De Cine
Comencé sin ninguna expectativa, incluso un poco desanimado y acostumbrado a ver generalidades; pero, al finalizar, me sorprendió que me mantuvo cautivo durante los 194 minutos de duración; sin bostezar y sin dejarme pensar en nada que no fuera encontrar a Margot.
“Buscando…” (EEUU, 2018, Aneesh Chaganty), nos transmite la historia de David (John Cho) y Margot (Michelle La), padre e hija, una familia asiática americana que se suma al esfuerzo por reprogramar los papeles protagónicos y sus estereotipos; que se ven envueltos en un torbellino de corrupción y negligencia tras el aparente secuestro de Margot, mismo que desencadena una búsqueda enardecida de parte de su padre, quien se enfrenta a su propia ira y al hecho de que desconoce por completo a su hija y su entorno.
Pero, más allá de lo que pueda contar sobre la trama de “Buscando…” (Searching…, 2018), me gustaría retomar la frase que añadí al inicio; esa definición de thriller, que a mi parecer engloba a la perfección lo que esta película es: una sustancia novedosa, pensante y valiosa para el acervo del suspense cinematográfico.
Es este filme el que nos hace darnos cuenta de que las formas y los modos de contar ficciones (nada imposibles) sí pueden cambiar y sí tienen la posibilidad de innovar.
Acompañada, únicamente, de filmaciones de cámaras web, noticieros, mails y mensajes, la película nos mantiene despiertos, activos y partícipes, incluso, de las situaciones; pues es con los giros en el final de la trama (pero no con el final en sí), cuando nuestras expectativas suben hasta el cielo y se ven complementadas con las actuaciones bastante dignas y contundentes de los participantes.
Nunca nos suelta; “Buscando…” mantiene el ritmo necesario agregando antecedentes a las historias de nuestros personajes; tirando supuestas pistas a perseguir; buscando formas de engañar a nuestra percepción; dejando de lado las justificaciones; olvidando las coincidencias y planteando un panorama que se siente verídico.
Y hablando del ritmo, creo que una clave esencial para mantenerlo es tener una gran historia, misma que, por momentos, se convierte en la protagonista; gracias al carácter pulcro de la ejecución y a los tópicos morales y sentimentales por los que atraviesa.
El desconocimiento de las personas con las que vivimos, las relaciones rotas y maltratadas entre padres e hijos, la incomprensión juvenil, los peligros de las redes sociales e inclusive las maneras en las que reaccionamos ante un desastre del tamaño de la pérdida de un ser querido.
De esta manera, y con el auxilio grandioso de un buen apartado de edición,el metraje no se siente barato en ningún momento. Mucho menos tedioso, pues, además, cuenta con la osadía necesaria como para adentrarse a explorar los límites de la prudencia y lo soso dentro del cine de suspenso; aunque, su desenlace no salga tan bien librado y se sienta típico, demasiado inspirador y poco realista, para el tipo de historia que nos están relatando.
Aún con esto, “Buscando…” no pierde calidad para ser recomendado y visualizado sin miedo a caer entre las garras de los gigantes de la industria, que pretenden sacarnos un momento de desesperación y arrebato con películas carentes de alma o propósito noble alguno.
Y así como no debe existir temor por ver un refrito, tampoco debe haber preocupación por caer en un experimento. Al contrario, me sorprendió que la gran mayoría de los minutos de este filme se sintieran tan sólidos e inesperados, dejando un sabor de boca bastante agradable y un sentimiento de saciamiento, algo que la hace tremendamente valiosa y correctamente agradable, sin pecar de perezosa o conformista.
Finalmente, no hay que dejar pasar que “Buscando…” (Aneesh Chaganty, 2018) es una propuesta que deja bastantes reflexiones de tarea; que muestra mucho más de lo que alardea; y que es bastante humilde ante sus conclusiones.
Que es afable, sagaz y entretenida; que tiene dos dedos de frente; cumple mucho más de lo que puede llegar a decepcionar; que tiene iniciativa, y no solo eso, que llega a la meta con honores y, sin lugar a dudas, que observarle es un ejercicio bastante fructífero que nos dejará más que satisfechos preguntándonos sobre nuestra identidad; sobre nuestros perfiles en redes sociales; nuestra relación con nuestro entorno directo; sobre nuestro nivel de información.
Y sobre qué es lo que merecemos ver en una película etiquetada como thriller y asimilada en un tiempo bastante extenso para una película de este estilo, pero que casi no desperdicia instantes valiosos, para seguir construyendo este entramado de sobresaltos, impresiones, asombros, sorpresas y aseveraciones.
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