Esta vez voy a hablar de una comedia pura, tras tantas películas “oscuras”, necesitamos un poco de luz.
La elegida es “La Fiesta Inolvidable” (The Party, 1968) dirigida por Blake Edwards y protagonizada por Peter Sellers; ambos ya habían colaborado en la exitosa saga de “Pink Panther”.
El recurso narrativo usado por Edwards en la película es el que se denomina “Pez fuera del agua”: el protagonista está en un ambiente extraño y ajeno a él, donde se siente incómodo, como “un pez fuera del agua”.
“La Fiesta Inolvidable” es absolutamente visual, puedes verla sin sonido o en su idioma original porque – aunque no sepas inglés- es perfectamente entendible.
Originalmente Blake Edwards había querido hacer “La Fiesta Inolvidable” sin diálogo, claramente influido por Jacques Tati que el año antes había estrenado “Playtime” (1967).
La película partió de un guion de únicamente 56 páginas sin apenas diálogos.
El argumento es extremadamente simple: Durante el rodaje de una película, un voluntarioso -aunque patético actor indio Hrundi V. Bakshi (Peter Sellers)-, explota accidentalmente el principal decorado de la película.
Su nombre en vez de acabar en una lista negra, para que no vuelva a actuar, acaba en la lista de invitados de la próxima cena del director del estudio. A partir de ahí se desarrollan una serie de gags, a cual mejor y más hilarante.
Durante la mayor parte de “La Fiesta Inolvidable” (The Party, 1968), Blake Edwards dirige las secuencias con matemática precisión, sin que la dirección se note.
Todas sus decisiones están encaminadas al principal y único objetivo de contarlo todo de la forma más sencilla y efectiva.
Pero en el clímax de la película, la famosa secuencia “del elefante” no puede evitar tener que sacarle partido a una escena tan cara y la alarga innecesariamente.
Edwards y su director de fotografía, Lucien Ballard utilizan muy acertadamente el formato de pantalla para desarrollar elaboradas composiciones; con múltiples acciones que se desarrollan al mismo tiempo.
La escena de la cena, con todos sus gags visuales y su perfecta sincronización, es el mejor ejemplo.
Lo parte más conseguida es la primera hora.
Curiosamente la película baja, el interés disminuye y la acción se ralentiza en las partes más dialogadas y sobre todo en la, infumable, trama secundaria del flirteo de Bakshi con la aspirante a actriz Michèle Monet (Claudine Longet) y, sobre todo, en los interludios musicales.
Personalmente quiero destacar a Steve Franken, un actor secundario poco conocido, que interpreta al camarero borracho.
Cuando está es imposible mirar a otro lado que no sea a él.
Otro de los aciertos es el de usar el decorado; la espantosa mansión del acaudalado jefe del Estudio (representación del diseño arquitectónico de la costa oeste), como metáfora de la sociedad de mediados de los sesenta y como un personaje más hasta el punto de que es el verdadero antagonista del pobre Bakshi.
En cuanto a la música de Henry Mancini se le nota un poco fuera de lugar, intentando adaptarse a las tendencias musicales que habían surgido en los últimos años.
“La Fiesta Inolvidable” (The Party, 1968) es una comedia divertidísima, recomendable al cien por cien para ver en familia en una calurosa noche de verano.
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Director y guionista de cine y televisión. Profesor de Historia del cine, de guion y de dirección en diferentes escuelas e instituciones. Como escritor ha publicado estudios, críticas y artículos relacionados con el séptimo arte. Ha publicado Te acordarás de mí, una novela negra ambientada en el Madrid de Primo de Rivera.
