Futuro. Corea es golpeada por una gran crisis económica y su pueblo sobrevive como puede casi en la marginalidad. Soñando con un mundo mejor (específicamente en una isla paradisíaca en la cercana Taiwán) cuatro jóvenes amigos deciden robar la caja fuerte de un casino y casa de juegos ilegal, despertando la furia de los mafiosos dueños y de un despiadado asesino a sueldo.
Estamos ante un sórdido thriller de factura Surcoreana, situado en un mundo distópico, lleno de desesperanza, bellamente fotografiado, con un importante nivel de sadismo y brutalidad por parte del malo, un ser indestructible y casi sobrenatural. Su puesta remite directamente al subgénero cyberpunk, los escenarios son apocalípticos y los habitantes de este pueblo en ruinas saben de paros y supervivencia. Un muchacho de 30 acaba de salir de prisión y al reencontrarse con sus amigos deciden llevar a cabo un atraco y hacerse con dólares, que tienen un alto valor en su país y así poder cambiar sus vidas. Estos amigos han tenido una vida dura y solitaria (solo uno vive con sus padres), por lo que tienen una hermandad que los empareja emocionalmente y el director es cuando narrativamente apela a momentos muy emotivos.
En la primera parte la película toma recursos iconográficos y formales de una heist movie, esas tramas de robos, ladrones y policías. También hay una fuerte influencia en todo el metraje del cine policial norteamericano (el director vivió mucho tiempo en USA) y de directores como Michael Mann y James Cameron. Ya en la segunda parte la historia fluye a una gran persecución del tipo “gato y ladrón”, con los protagonistas tratando de huir de Tank, el cruel asesino. El trabajo del director de fotografía, Won Geun Lim, es muy destacable. El uso de la niebla, suciedad, de los colores y luces es maravilloso y también el aprovechamiento de los amplios espacios, tanto en exteriores como interiores.
Esta fue una película muy esperada por cierto público que en los últimos años, a raíz de directores provenientes de Corea del Sur que ganaron mucho prestigio como Bong Joon-Ho, quien viene deslumbrando desde “Crónica De Un Asesino En Serie” (2003), luego “El Huésped” (2006) y hasta “Parásitos” (2019), última ganadora del Oscar a mejor película, entre otros muchos premios internacionales.
“Tiempo De Caza” está dentro de un tipo de cine de acción oriental, gráficamente mucho más osado que de otras cinematografías, pero de corte muy comercial. Su director nos ofrece un película diferente, entre la ciencia ficción y el policial, con personajes bien detallados y obsoletos, visualmente deslumbrante y que nos dejará sin respiro en su quizás extenso metraje de 134 minutos.
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