«No obstante, entregamos la bomba.”
Quint (Robert Shaw)
Discurso en Tiburón (1975)
Como decía Akira Kurosawa: “Con un buen guión un buen director puede producir una obra maestra. Pero con un guión malo ni siquiera un buen director puede hacer una buena película”.
Como director si tienes un buen guión traduce en imágenes las palabras escritas y, si puedes, enriquecerlo. Para ver qué es un buen trabajo de dirección, vamos a analizar una sencilla secuencia de Jaws (Tiburón en España),la obra maestra de Steven Spielberg.
Un plano de situación aporta información sobre la vulnerabilidad en que se encuentran los protagonistas: es de noche, están en medio del océano, aislados y solos, para enfrentarse al terrible escualo.
Spielberg muestra cómo los protagonistas que intentan cazar al tiburón no son un equipo. Por eso los presenta por separado. Matt Hooper, un hombre que estudia a los tiburones.
Quint, otro hombre de mar social y moralmente opuesto a Hooper, un hombre que mata tiburones.
Y el jefe de policía, Martin Brody. Un hombre que teme el agua y teme a los tiburones.
Para mostrarnos la separación física -que va pareja a la emocional- de los personajes Spielberg usa una composición triangular, situando a cada actor en uno de los vértices.
El primer acercamiento es entre los hombres de mar. Hooper palpa las cicatrices de Quint.
Y, herido en su orgullo, muestra sus propias cicatrices.
Quint relata cómo le destrozaron los tendones del brazo, cuando se batió en un pulso.
Hooper muestra la cicatriz de su pierna y…
Quint hace lo propio. Los hombres de mar, que al comienzo estaban separados, no solo se han acercado físicamente -sus piernas están entrelazadas- también emocionalmente.
Ambos se reconocen como auténticos marinos y brindan por ello.
Brodý, que solo tiene la cicatriz de la operación de apéndice, todavía no se lo ha ganado.
La conversación discurre divertida hasta que…
… Quint cuenta que en la II Guerra Mundial sirvió en el Indianápolis, lo que congela la risa de Hooper.
Brody pregunta qué ocurrió.
Quint narra su terrible experiencia. Mientras Robert Shaw desarrolla su interpretación, Richard Dreyfuss muestra que en una buena interpretación es tan importante hablar como escuchar.
Al oír el terrible suceso Brody mira a Hooper y…
…éste le devuelve la mirada. Ambos -al tiempo que el espectador- entienden por qué Quint odia a los tiburones.
Quint: “De aquellos 1100 hombres que cayeron al agua solo quedamos 316. Al resto los devoraron los tiburones el 29 de julio de 1945. No obstante, entregamos la bomba.”
Para rebajar la intensidad Quint y Hooper comienzan a cantar…
Brody se une a ellos.
Y ya tenemos a un equipo, no tres individuos, unidos frente al enemigo común…
… el Tiburón. Spielberg de manera sencilla, pero efectiva, consigue llevar a buen puerto el excelente material de guión del que disponía. ¡Misión cumplida, maestro!
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Director y guionista de cine y televisión. Profesor de Historia del cine, de guion y de dirección en diferentes escuelas e instituciones. Como escritor ha publicado estudios, críticas y artículos relacionados con el séptimo arte. Ha publicado Te acordarás de mí, una novela negra ambientada en el Madrid de Primo de Rivera.
2 comentarios en «Tiburón: Análisis Visual De Una Mítica Secuencia»