La industrialización del cine hizo nacer también las llamadas convenciones de género, y por ende, los géneros cinematográficos propiamente dichos.
El primer cine era documental: escenas de obreros saliendo de las fábricas y cosas así. Pero el cine documental en cuanto tal, recién vino a nacer en 1922, con el filme “Nanuk, el esquimal”. Aunque nunca demasiado popular, de tarde en tarde se rodarían algunos, como por ejemplo “El mundo sumergido”, de 𝗝𝗮𝗰𝗾𝘂𝗲𝘀 𝗖𝗼𝘂𝘀𝘁𝗲𝗮𝘂.
El cine histórico y bíblico, por su parte, caminarían de la mano, en la búsqueda de la espectacularidad. Desde antiguo se habían rodado películas sobre la vida de Cristo (por ejemplo, “Del pesebre a la cruz” (1912). Sin embargo, el cineasta que le dio verdadera carta de naturaleza al cine histórico o bíblico fue 𝗖𝗲𝗰𝗶𝗹 𝗕. 𝗗𝗲𝗠𝗶𝗹𝗹𝗲, con hitos como “Los diez mandamientos”, “Rey de reyes” (1927) o “Cleopatra” (1934). Otro clásico de época es “Lo que el viento se llevó”, estrenada en 1939.
En la década de 1930 surgen también el cine de gánsteres y el cine negro. Hitos claves del cine gánster fueron “Scarface” de 1932 o “Hampa dorada”, y un director clave fue 𝗛𝗼𝘄𝗮𝗿𝗱 𝗛𝗮𝘄𝗸𝘀. Su éxito se explica por la dosis de crítica social que dichos filmes envolvían, sobre la situación posterior a la Gran Depresión de 1929. Además, fueron campo de experimentos formales con la iluminación, con fuerte influencia de los cineastas europeos herederos del 𝗘𝘅𝗽𝗿𝗲𝘀𝗶𝗼𝗻𝗶𝘀𝗺𝗼, muchos de los cuales habían llegado a Hollywood huyendo del Tercer Reich, por ese entonces ascendente. Quizás el actor más asociado con el género es 𝗛𝘂𝗺𝗽𝗵𝗿𝗲𝘆 𝗕𝗼𝗴𝗮𝗿𝘁, con clásicos como “Casablanca”, “El halcón maltés” o “El sueño eterno”.
El cine fantástico y de ciencia ficción había también experimentado su propio desarrollo, paralelo a un elemento que le era indispensable: el desarrollo de los efectos especiales. Ya 𝗚𝗲𝗼𝗿𝗴𝗲𝘀 𝗠𝗲́𝗹𝗶𝗲̀𝘀 había diseñado una curiosa fantasía llamada “Viaje a la Luna”, vagamente basada en la novela de 𝗝𝘂𝗹𝗶𝗼 𝗩𝗲𝗿𝗻𝗲. La gran película del cine mudo de ciencia ficción fue “Metrópolis”, de 𝗙𝗿𝗶𝘁𝘇 𝗟𝗮𝗻𝗴 (1927), la cual marcó estéticamente a muchos cineastas posteriores, pero que en su tiempo fue un fracaso de taquilla, costoso para los cánones de la época, y que por lo tanto, relegó a la ciencia ficción fílmica al plano de mero entretenimiento, sin mayor trascendencia intelectual, estigma que pesaría sobre el género hasta “2001: Odisea del espacio” (1968).
En la década de 1930, coincidiendo con la Gran Depresión y el Nazismo, se puso de moda el cine de terror, con clásicos como “Dracula” (con 𝗕𝗲́𝗹𝗮 𝗟𝘂𝗴𝗼𝘀𝗶, dirigida por 𝗧𝗼𝗱 𝗕𝗿𝗼𝘄𝗻𝗶𝗻𝗴, en 1931), o “Frankenstein” de 𝗝𝗮𝗺𝗲𝘀 𝗪𝗵𝗮𝗹𝗲, con 𝗕𝗼𝗿𝗶𝘀 𝗞𝗮𝗿𝗹𝗼𝗳𝗳 (1931). Con éstos y otros filmes, los 𝗘𝘀𝘁𝘂𝗱𝗶𝗼𝘀 𝗨𝗻𝗶𝘃𝗲𝗿𝘀𝗮𝗹 crearon la imagen moderna de los clásicos monstruos de la literatura de terror.
La llegada del sonido permitió también el desarrollo de la comedia musical, género harto más amable, incluso de evasión, en donde primaba el peso de los números musicales y canciones por sobre la historia, y que fue el vehículo de lucimiento para diversos bailarines. Los más importantes fueron la dupla conformada por 𝗚𝗶𝗻𝗴𝗲𝗿 𝗥𝗼𝗴𝗲𝗿𝘀 y 𝗙𝗿𝗲𝗱 𝗔𝘀𝘁𝗮𝗶𝗿𝗲. El gran clásico del género es “Cantando bajo la lluvia” (1952).
Un género típico de los Estados Unidos que se desarrolló en aquellos años fue el Western, en particular gracias al trabajo de cineastas como 𝗝𝗼𝗵𝗻 𝗙𝗼𝗿𝗱. El gran actor de westerns de la época fue 𝗝𝗼𝗵𝗻 𝗪𝗮𝘆𝗻𝗲. El género fue muy exitoso en Estados Unidos, por construir una mitología fílmica de carácter nacionalista.
En cuanto a la comedia, su edad de oro comenzó con los 𝗞𝗲𝘆𝘀𝘁𝗼𝗻𝗲 𝗖𝗼𝗽𝘀, los alocados cortos con policías de 𝗠𝗮𝗰𝗸 𝗦𝗲𝗻𝗻𝗲𝘁𝘁, que inventaron el concepto de gag, incluyendo uno clásico: lanzarle pasteles de crema a la cara de la gente. Pero el primer gran personaje cómico fue el vagabundo sin nombre que 𝗖𝗵𝗮𝗿𝗹𝗲𝘀 𝗖𝗵𝗮𝗽𝗹𝗶𝗻 interpretara en numerosos cortos y más tarde en largometrajes. Otro cómico importante fue 𝗕𝘂𝘀𝘁𝗲𝗿 𝗞𝗲𝗮𝘁𝗼𝗻.
El cine de animación fue experimentado desde los comienzos del cine mismo. Desde 1889 𝗘́𝗺𝗶𝗹𝗲 𝗥𝗲𝘆𝗻𝗮𝘂𝗱 trabajó en este campo, y presentó en 1892 su serie de cortos “Pantomimes Lumineuses”; 𝗦𝘁𝘂𝗮𝗿𝘁 𝗕𝗹𝗮𝗰𝗸𝘁𝗼𝗻 creó en 1906 “Humorous Phases of Funny Faces”, una animación realizada en un pizarrón; el Stop Motion fue descubierto por 𝗦𝗲𝗴𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝗖𝗵𝗼𝗺𝗼́𝗻 (“La casa encantada”, de 1906) y por 𝗘́𝗺𝗶𝗹𝗲 𝗖𝗼𝗵𝗹 (“La carrera de las calabazas”, de 1908), quien además trabajaba mezclando actores y dibujos.
Quien impulsó definitivamente la industria del cine de animación fue 𝗪𝗮𝗹𝘁 𝗗𝗶𝘀𝗻𝗲𝘆, con los largometrajes “Blancanieves y los siete enanitos” (1937) y “Fantasía” (1940).
Posiblemente la cúspide de las posibilidades del cine de la época, en términos de lenguaje cinematográfico, haya sido alcanzada por el filme “Ciudadano Kane”, de 𝗢𝗿𝘀𝗼𝗻 𝗪𝗲𝗹𝗹𝗲𝘀, en 1941. Película polémica en su época, ha sido reconocida en retrospectiva como uno de los grandes hitos fílmicos de todos los tiempos, y sumó todos los experimentos conceptuales de la época, cerró caminos y abrió otros, razón por la cual figura regularmente como una de las mejores películas de todos los tiempos, en listados y reseñas críticas.
Si te interesa seguir aprendiendo más sobre los géneros cinematográficos existe un excelente libro que podría interesarte: Los generos cinematograficos / Film Genre.
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