Estar resguardados por un tiempo indefinido, pero con la certeza de saber la razón por la que sucedía, es quizás un factor para que este proceso no se volviera más complicado de lo que ya es de por sí. Pero, ¿Qué hubiera pasado si fuera lo contrario?, que nos encontráramos en un contexto de mayor interrogantes y caos.
Este último caso lo vemos reflejado en “El Ángel Exterminador” (1962), película dirigida por Luis Buñuel; que se volvió aún más popular en la pandemia por el caso de aislamiento que allí se muestra. En esta ocasión, tenemos a un grupo de burgueses que se disponen a cenar en la casa de uno de ellos, y que después de estar un rato en la recepción, una fuerza (o motivo) les impide salir del lugar.
Diferentes acontecimientos en la historia han hecho que las películas distópicas, o que presentan situaciones que puedan escapar de la lógica, empiezan a irrumpir en nuestra cotidianidad, orillándonos a profundas reflexiones.
Seguramente cualquiera de ustedes, nunca nos imaginamos estar en un largo encierro a causa de una enfermedad muy dañina; y que de la mano traería aún más complejidades que harían más vulnerable nuestra aparente normalidad.
La particularidad de no saber por qué no pueden salir del cuarto en “El Ángel Exterminador”, quebrantará con el paso de los días la estabilidad emocional de los amigos.
Hasta el punto de experimentar los sentimientos más primitivos o, dicho de otra manera, que contradicen todo el esquema de conductas propios del estatus social de estas personas.
La falta de los elementos más básicos, los harán asomarse a lo más profundo de su interior, y mostrarse mutuamente la verdadera máscara de falsedades y mentiras que hasta antes estaban impedidos de mostrar.
Por si esto fuera poco, Luis Buñuel nos da una dosis adicional de sus célebres inquietudes surrealistas como los animales, que, aunque busquemos una interpretación que se pueda relacionar con nuestros burgueses, poco lograremos conseguir, pero reforzaremos la popular frase del cineasta de “El misterio es el elemento principal en una obra de arte”.
Cuando el misterioso hechizo es roto por “La Valkiria” (Silvia Pinal), nuestros personajes ya no pueden retroceder el tiempo; y mostrar arrepentimiento por sus actos, quedan a merced de lo más próximo que puedan realizar.
¿Son víctimas de su mala suerte?, posiblemente, dependiendo de como lo queramos ver; porque si lo observamos opuestamente, podemos incluso disfrutar de su angustia y desesperación, como si nos estuviéramos cobrando una venganza.
Aunque Luis Buñuel marca de principio a fin una clara crítica a la clase dominante en “El Ángel Exterminador” (1962); nadie exenta el hecho de pasar una situación incómoda donde tus más intrigantes deseos y la inquietud sean tus únicas compañeras para poner a prueba qué tan frágil puede ser la condición humana.
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