“El Fotógrafo Y El Cartero” (2022) narra el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas, ocurrido el 25 de enero de 1997 en Argentina.
Alejandro Hartmann, joven realizador audiovisual, se encarga de dirigir “El Fotógrafo Y El Cartero: El Crimen De Cabezas” (The Photographer: Murder In Pinamar, 2022), siguiendo la línea de su anterior trabajo: “Carmel: ¿Quién Mató A María Marta?” (2020), cuidando la línea narrativa; armando el rompecabezas de piezas dispersas que contenía aquel difícil entramado político, judicial y farandulero de fines de los años 90.
Esto mediante una edición sumamente interesante y dinámica, con un concepto claro. Con la ayuda de los testimonios de aquellos actores sociales se conformó la trama misma del asesinato del fotógrafo (gran acierto la presencia del Dr. Alejandro Vecchi, abogado de la familia Cabezas, digno representante de todo aquello que resulta bueno en una ensuciada y conveniente justicia) y el relato concreto y certero del periodista Gabriel Michi; amigo y testigo de aquella calamidad inolvidable.
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Las crónicas policiales despiertan un interés muy particular en la opinión pública, mismas que transitan carriles disímiles, muchos de ellos ligados a la avidez popular de conocer datos, situaciones extremas, modos de efectuar los oscuros hechos que estas conllevan.
La situación de drama que una familia tuvo que transitar durante muchos años, atravesando la soledad que produce la partida de un ser amado rauda y misteriosamente.
Además de la concreción de un crimen de tintes mafiosos en pleno sistema democrático que conduce a comprender la historia del fotógrafo y periodista, no sólo como una historia más.
“El Fotógrafo Y El Cartero” encuentra en el crimen un entramado mafioso en el que los poderes políticos y económicos no parecen estar ajenos.
Los relatos son el eje estructural del trabajo que suceden sin aportar elementos nuevos, así como también el recuerdo mediante imágenes de aquel tiempo de “Pizza con Champagne”; farándula permanente, deuda y venta de empresas estatales de un gobierno inescrupuloso y destructivo; constituido por una sociedad más preocupada por mejorar su “estilo de vida” a cualquier precio.
Por observar con criterio el desguace que un grupo de mercenarios estaban realizando en nuestra patria. Y las referencias al fatídico “Menemato” son continuas, porque las mismas dieron paso a que bandas del sistema empresarial, con procederes extremos y sin escrúpulo alguno, se establezcan y posean el poder de decidir dentro de una estructura política e imperial.
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El show mediático que un caudillo de turno brindaba, dio paso al horror. Diversas situaciones jamás vividas y que tuvimos que afrontar como sociedad; todo aquello que vemos en “El Fotógrafo Y El Cartero”, procede a ser algo así como un manual de interpelación, memoria latente del comienzo del fin de nuestro país como tal.
La imagen icónica e inolvidable de José Luis Cabezas transcurre en toda la obra. El proceso de trabajo fotográfico está directa e inteligentemente guiando el proceso histórico, abriendo una compuerta de acto reflexivo y concreto; la luz roja de la sala de revelado nos conduce al revelado de verdades, que fueron pagadas con sangre.
En la faz técnica, excelente resulta el trabajo de sonido y montaje, la lograda fotografía de Alejandra Martín y una banda sonora acorde y reflexiva constituida por un grande de las teclas como lo es Leo Sujatovich.
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Centralizar, mostrar con rostro y con hechos nada fortuitos al poder real saliendo de las sombras y la indignación popular, de observar como impávidos y silenciosos espectadores tanto circo de terror; resultan antagonismos severos dentro de un marco de sociedad que nadaba a la deriva dentro de un panorama de desocupación límite y despilfarro económico.
Y todos estos conceptos fueron los que aquel fotógrafo deseaba mostrar mediante su herramienta de trabajo. Por lo que este documental invita a recordar, a debatir y a poder entender un poco mejor de donde vienen tantos males contemporáneos.
Desde los administradores, quienes ejercen un poder temporal, o desde nosotros mismos, que permitimos tanta locura organizada. 106 minutos para volver a preguntarnos y buscar los por qué, para que nunca más la impunidad del poder posea injerencia explícita en la vida de cada uno de nosotros; para que asesinos purguen prisión efectiva y no sean liberados al poco tiempo de condena; para que seamos más humanos y menos egoístas y convenientes.
Al desenmascarar la trama del poderoso, José Luis Cabezas puso contra las cuerdas todo el andamiaje de manejo y perversión que posee el mismo, dejando casi sin querer un mensaje para todos nosotros.
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En homenaje al inolvidable José Luis Cabezas, y en homenaje también a la memoria de María Soledad Morales, del soldado Carrasco; de todos los familiares y víctimas de AMIA y del cuartel de Río Tercero, Córdoba.
“El Fotógrafo Y El Cartero: El Crimen De Cabezas” (The Photographer: Murder In Pinamar, 2022) contiene todo aquello que, como en un túnel del tiempo, provenía nuevamente de tiempos oscuros, absolutistas y dictatoriales.
Puedes ver el tráiler, aquí:
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Crítico cinematográfico especializado en Cine Argentino.
