A través de las decisiones profundas, aquellas que enmarcan los procederes a modificar y que significan revolución interior, basadas en reencontrar los senderos de la coherencia misma de los propios ideales y criterios de vida, podemos ser libres y consecuentes con nosotros mismos.
De extremo reencause de vida acompañado por un sentimiento profundo de amor, esta obra singular nos acercara al campo reflexivo, en tiempos de laxos ideales y poco sentir.
“La última estación” relata los últimos años del eximio escritor de origen Ruso León Tolstoi, y su decisión de cambiar completamente de orientación vital. En nombre de una nueva religión que acaba de crear, el gran novelista renuncia a su título nobiliario, a sus propiedades, derechos de sus trabajos e incluso a su familia en favor de la pobreza y el vegetarianismo.
Esta extrema y profunda decisión produce un colapso significativo en su esposa, compañera, amante y amiga, la Condesa Sofía, que después de cincuenta años de matrimonio, ve tambalear todo lo logrado a nivel económico.
Este film nos sumerge en el camino de las fuertes historias de amor. Por un lado, el amor ya maduro representado en Tolstói y su esposa, que corre el peligro de verse dañado por meros intereses materiales, que recurre después de tantos años a las locuras de tiempos jóvenes para comprobar si la chispa inicial sigue viva. Por el otro, el despertar sentimental y hasta sexual del nuevo ayudante del escritor, y su descubrir profundo de su capacidad para enamorarse y transcurrir por la fuerza del sentimiento; Ambas historias son de interés y trascendencia en la totalidad de la trama.
A pesar de la previsibilidad de su línea argumental y el acotado trabajo de dirección por parte de Michael Hoffman, el trabajo esta cimentado por tres inmensos de la escena mundial.
Christopher Plummer interpretando de maravillas al literato, con un candor especial, Nominado al premio Oscar a mejor actor de reparto por esta actuación, Paul Giamatti como un villano fundamentalista de excelente labor, y la gran Helen Mirren, también nominada al premio de la academia como mejor actriz, dando una catedra auténtica de actuación en cada fotograma mostrando su gigante presencia
La conexión que se produce entre los protagonistas es única y digna de destacar, admirable desde diversos puntos cargando de grandeza y superando las desavenencias estructurales de la película.
El aspecto técnico del film, dirección de arte, montaje, vestuario, son de una calidad incuestionable como también así su ambientación, la fotografía y sobre todo la maravillosa banda sonora del desconocido Sergei Yevtushenko brillan con relevante intensidad.
El gran Tolstoi lego de modo directo grandes obras que son patrimonio puro de grandeza.
Textos como “La guerra y la paz” o “Anna Karenina” supieron abrir altos espectros de pensamiento, razón, aventura e idea.
Contemplar este film que refiere de modo directo al sentido de Tolstoi y su misiva de aportar obras para generar un mundo mejor, nos haga comprender que mediante el amor verdadero, todo lograra nuevamente resplandecer.
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Crítico cinematográfico especializado en Cine Argentino.