Las películas de culto son aquellas que ocupan un lugar importante en cierto público, ya sea por su carácter novedoso, relevante o transgresor en el momento de su estreno y que luego logran perdurar en el tiempo gracias al reconocimiento popular.
Y esta pequeña descripción viene a propósito de la opinión que hoy les ofrezco sobre “Los Guerreros” (The Warriors, 1979), película dirigida por el director Walter Hill a fines de los años 70’s; que actualmente goza de un status de culto y mucha gente que la festeja y homenajea a nivel mundial.
Basada en una novela de Sol Yurick y a su vez una muy libre adaptación sobre el antiguo mito griego de Jenofonte de Anábasis.
La historia comienza en el Van Cortlandt Park, en la Ciudad de Nueva York, donde una noche se reúnen con un carismático líder, Cyrus (Rogel Hill) y las pandillas más dominantes del lugar, alrededor de cien mil jóvenes.
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Sorpresivamente el gurú es brutalmente asesinado apenas comenzado el evento y son acusados del crimen la pandilla “Los Guerreros”, banda callejera liderada por Swan (Michael Beck).
Perseguidos tanto por la policía local, como por otros pandilleros, los muchachos tendrán que realizar un salvaje e intrépido retorno a casa, en una noche eterna y que nunca duerme.
“Los Guerreros” (1979) es un western urbano y lleno de letreros de luces de neón y grafitis.
Un gran retrato de la subcultura norteamericana de los 70’s y que marcó una generación entera. Manhattan, Bronx y Coney Island son algunos de los paisajes donde la hostilidad y la decadencia se mezclan con la hermandad y la unión fraternal.
La ciudad de New York era por esos años dirigida por el famoso alcalde Ed Rock, quien imponía su doctrina de represión sobre la juventud que era diferente y rebelde. El director Walter Hill era muy consciente de lo que pasaba socialmente en la ciudad, de la delincuencia acechaba, de sus pandillas y barrios marginales y también de las diferencias de clases entre sus habitantes y traslado todas sus inquietudes y pensamientos en la gran pantalla.
Hill contó con un presupuesto muy pequeño; con un elenco con caras poco conocidas y un estudio, Warner Bros., quien mucho no entendía de qué iba la película. Quedó pendiente la narración en algunos tramos a cargo nada menos de Orson Welles, con la que Hill soñaba y que posteriormente se agregó en una reedición en DVD para el aniversario número 25 de su estreno.
La vestimenta de chalecos y pantalones de cuero con flecos y escudos, es totalmente icónica y remite a pueblos indígenas del lejano oeste.
También su medio de transporte, el metro neoyorquino, es una especie de tren moderno; donde la pandilla logra trasladarse, sorteando todo tipo de conflicto, pero nunca perdiendo sus códigos de grupo y vitalidad.
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En su diario de viaje, se cruzaran con “Los Huérfanos”, otra pandilla, donde conocerán a una sugestiva y atrevida muchacha, Mercy (Deborah Van Valkenburg); quién los retará a acompañarlos y se transformará en objeto de deseo de Swan y sus amigos.
Durante su estreno en cines “Los Guerreros” (1979) fue acusada de incitar a la delincuencia juvenil; junto a otras películas de su generación y temática como “Taxi Driver” (Martin Scorsese, 1976) o “El Vengador Anónimo” (Michael Winner), donde se mostraba una ciudad de Nueva York sucia, oscura y vandalizada, muy en contraste al sueño americano.
La estructura narrativa de la película es similar a la de un videojuego, con Los Guerreros y su destreza callejera para luchar contra la policía y otros rivales, en secuencias llenas de acción.
Poco después se crearon subproductos en base a la película: comics, un videojuego a cargo de la empresa especializada Rockstar Games y hasta una banda de rock.
Llena de amplios ángulos y estilizado lirismo; en itinerarios territoriales y de pertenecía; entre las pandillas encontramos a “The Baseball Furies”, equipados con sus bates de madera y ropa deportiva; “The Rogues”, furiosos punks en viejos camiones; “The Punks”, con sus jardineros de Jean y patines cómo vestimenta; y los importantes “Gramercy Riffs”, defensores del poder negro y las artes marciales.
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Finalmente el verdadero asesino de Cyrus es descubierto, el amanecer está despertando y con una enorme rueda de la fortuna Los Guerreros serán liberados y volverán a casa en paz.
Como último detalle debo confesar que el primer visionado que tuve a la muy temprana edad de 6 años de esta magnífica y única película, marcó mi gusto cinematográfico y de paso mi vida, lo que no es poco.
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Me encanto esta película no recuerdo q edad tenía y cuando la estrenaron tenía 3 oh 2 años pero mis respetos muy bye a movie ♥️♥️♥️