La historia de “Emily En Paris” (2020-) es todo lo que jamás le sucede a cualquier simple mortal, pero con tintes de realidad.
La serie que encabeza Lilly Collins es todo lo bonito que puedas ver en pantalla, ósea un Instagram con largas historias que retratan una vida de superficialidad, y no está mal, al menos en mi caso me hizo sentir fuera de casa estando en cuarentena.
Emily es una joven muy simpática y optimista que llegó a Paris para trabajar en una agencia de mercadotecnia en donde descubre que su perfil juvenil y “básico” no encaja con los estándares de su sofisticada jefa y en general, sus compañeros de trabajo, también descubre las grandes diferencias entre la vida godín de los europeos y la estadounidense.
Emily toma todos los cambios de una forma positiva y abre una cuenta de Instagram en donde va retratando su nueva aventura, toma fotos de su comida, paisajes, selfies etc., ella cree que todo el mundo puede estar a sus pies, y si es así, por su presencia y sentido de la moda puede convencer a los demás de sus ideas pero su sentido oportunista es un arma de doble filo, pues su forma de laborar o perseguir sus objetivos siempre la meten en líos.
Aunado a su vida laboral y su desesperación por agradarle a su jefa, Emily termina su relación a distancia y se orienta en disfrutar de su soltería en Paris, conoce a algunos amigos y sin querer se involucra en un triángulo amoroso del que le cuesta salir.
Conforme avanzan los capítulos, Emily logra aumentar los números de seguidores en su Instagram hasta convertirse en una influencer lo que aumenta también los números en las redes de su agencia, sin embargo, no se nota algún otro intento por mejorar estrategias que no sea obtener seguidores.
Eso sí, el poder de convencimiento de Emily logra posicionar mejor a su agencia debido a que es muy buena relacionándose, situación que la hace poco profesional, y pareciera ser solo la cara bonita de la empresa más que las ideas a medidas de revolucionar la mercadotecnia europea, aunque se agradece que pinten a una mujer inteligente, que se pone límites y a la vez preocupada por su trabajo más que por un anillo de compromiso (coff coff Carrie Bradshaw).
En general es una buena serie para relajarse y disfrutar de paisajes, conocer (de manera superficial) el mundo de los franceses, de embrollos amorosos que terminan fácil sin tanto drama y de diversos colores y situaciones, que te pondrán optimista.
No olvides ningún recuerdo de tu día a día con este hermoso DIARIO temático de la película.
Escribo por amor al arte.