Hay directores con un estilo (entendido como el sello de identidad del autor) tan reconocible que su nombre se ha adjetivado y se utiliza para definir algo con unas determinadas características: “Wellesiano”; “Buñuelesco”; “Fordiano”; “Almodovariano”; “Lynchiano”; “Tarantiniano”; “Berlanguiano” (adjetivo que está incluido en el diccionario de la RAE) o “Felliniano”.
Son directores, que pueden gustar o no, con una forma de hacer cine y una visión del mundo perfectamente reconocible.
En sus películas vemos reflejada la personalidad y los rasgos genuinos (estéticos y temáticos) de su director.
Creo que lo más difícil de trasladar a una pantalla, de expresar en imágenes, son las siguientes situaciones: la muerte (más concretamente la representación del más allá), el clímax sexual, los procesos internos de la mente de los personajes y los sueños.
En escasas ocasiones los sueños han sido plasmados convincentemente en la pantalla. Unos pocos como David Lynch, Andrei Tarkovski y Federico Fellini, han conseguido trasladar al lenguaje audiovisual el mundo onírico con increíbles resultados
“Otto E Mezzo” (8½) (1963) de Fellini es una obra maestra en la que se entremezclan escenas de realidad, sueños, recuerdos y fantasía, con el propósito de expresar el desorden que reina en la mente del protagonista, Guido Anselmi (una representación del propio Fellini).
Guido Anselmi (Marcello Mastroianni), se encuentra bloqueado en un impresionante atasco.
Atrapado en un túnel.
Todos le miran fijamente.
Un vapor tóxico empieza a salir por el lado del conductor.
Todos le observan de manera insistente.
Y descarada, pero nadie reacciona ni le ayuda cuando…
… Guido comienza a asfixiarse. Quiere salir del vehículo, pero le es imposible.
A su alrededor ocurren situaciones irreales que nos incomodan y desconciertan.
Guido intenta romper los cristales. Golpea con los pies las ventanillas hasta que…
…consigue salir.
Una vez libre, obsérvese que las personas que tiene alrededor ya no reparan en él, emerge de la oscuridad del túnel para…
…elevarse hasta las alturas (¿hay un símbolo más universal para expresar la libertad que volar?)
Surca el cielo, volando entre las nubes.
Fellini corta bruscamente a un hombre que galopa a caballo por la orilla del mar.
Un segundo personaje tira de una cuerda atada al tobillo de Guido.
En un estupendo plano Fellini nos transmite la sensación de angustia del personaje, anclado al suelo, privado de su libertad.
Intenta liberarse, pero le es imposible.
El personaje que iba en el caballo (luego descubriremos que es un abogado) sonríe satisfecho cuando Guido…
… finalmente derrotado, cae.
Guido, angustiado y confuso, despierta y descubrimos que está en un balneario…
…y también que es un director y guionista de cine que después del tremendo éxito de su última película está bloqueado en la elaboración de su próximo proyecto.
“8½” (1963) es adentrarse en la mente de Fellini, quien nos muestra con honestidad sus miedos, pensamientos, obsesiones y sueños. Una delicia que requiere cierto esfuerzo pero que merece la pena.
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Director y guionista de cine y televisión. Profesor de Historia del cine, de guion y de dirección en diferentes escuelas e instituciones. Como escritor ha publicado estudios, críticas y artículos relacionados con el séptimo arte. Ha publicado Te acordarás de mí, una novela negra ambientada en el Madrid de Primo de Rivera.
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