Pizza, Birra, Faso – Opinión

Pizza, Birra, Faso – Opinión

En el tradicional idioma chino, la palabra crisis contiene una simbología que también le pertenece a la palabra oportunidad, puesto que aquella cultura considera que toda problemática, abre una puerta diferente hacia encontrar una salida positiva.

Cinematográficamente hablando, dos jóvenes conciben su opera prima con buenas intenciones y caudal creativo de excelencia, conformando uno de los más importantes trabajos del Nuevo Cine Argentino a fines de los consternados 90´s, dispuestos a testimoniar una intrincada coyuntura social, generando la oportunidad de mostrar cruda e inteligentemente, problemáticas que un sistema económico y político había dejado como cruel herencia diezmando de modo directo a los jóvenes y aquellos que no poseían chances reales de crecimiento sostenido, vaya paradoja del citado axioma oriental, luego de una Dantesca crisis.

Bruno Stagnaro y Adrián Caetano, provenientes de un movimiento de arte surgido en la segunda mitad de la década anteriormente citada, siendo parte de las nuevas transformaciones tecnológicas, políticas y económicas, logran encontrar una veta muy importante: Mostrar de modo directo, casi constituyendo un neorrealismo vernáculo, una auto reflexión mediante potentes y fuertes imágenes dentro de una mínima historia de madurez y denuncia, que posee la grandeza de enmarcar la trascendencia del “Hombre común” dentro de un sesgo de marginación y delincuencia.

Nuevamente el cine de costumbrismo vuelve a generar interés, esta vez desde un punto de veracidad callejera absoluta, demarcando lugares comunes porteños y el reflejo de aquellos males que permitimos que se sucedan.

El relato se centra en la historia de cuatro jóvenes, cuatro amigos dentro de la “Ciudad de las luces”. Ellos forman una banda de adolescentes marginales, que pululan por las calles de Buenos Aires, y viven del robo con una particular filosofía de vida que consiste en que mientras no les falte cerveza, pizza y cigarrillos, todo es soportable.

La pizza, la Birra y el “Faso”. Trilogía que despertó miles de adeptos en un lugar con poca visión de progreso en tierra arrasada por la desigualdad.

Un reflejo honesto y crudo, se desarrolla a lo largo de la obra, entre el interesante uso de cámara en mano, primeros planos contundentes y toda la liturgia que se abre a través de un no continuo montaje que muestra la dualidad acontecida en dos mundos opuestos: el mundo de la “globalización” con sus inteligentes edificios y lujos, y el mundo de la “miseria”, diferenciándose de facto en directa convivencia.

La historia de estos jóvenes, simboliza un suceso nefasto para la patria. El Liberalismo económico había destrozado sin eufemismos el sistema social. Una “Ley de Convertibilidad” dio paso a un severo crack financiero en 2001 generando un desempleo total que impactó mayormente en la parte juvenil.

En la obra también hallaremos una fuerte historia de amor marginal, con rasgos de ternura ante el extremismo y la dureza, mediante un elenco sumamente representativo.

Jorge Sesán y Adrián Yospe, delimitando la marginalidad extrema, siendo de plano víctimas dentro de un laberinto sin salida, ni desde arriba del mismo, ejerciendo roles acertadisimos y por de más creíbles, Pamela Jordán en el papel de la novia del protagonista, que sufre el avatar de la violencia explícita e implícita, en un mundo ajeno a sus necesidades. Y Héctor Anglada, Representante fiel del lastre que el sistema se encargó de construir el “humano de descarte” , símbolo de miles de personas que llegando al punto extremo de la pobreza, caen dentro de un espurio circulo, donde son muy pocos los que pueden escapar.

Una interpretación eximia, de formas rústicas y de reflejo de amor urbano y extremo. Muchos de nosotros tuvimos que atravesar dolorosos avatares en segmentos históricos de nuestra región.

El cine de visión y compromiso, nos abre las puertas de la conciencia total. Para que no existan más muchachos, caminando como rehenes dentro de una extensa una celda de lujo y pesares.


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2 comentarios en «Pizza, Birra, Faso – Opinión»

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