Hay que ser muy valiente para preguntarse por qué existimos. La vida, con todas sus dicotomías, gobierna la sensación de que existe un propósito para equilibrar esas fuerzas. Si la vida termina, también debe tener un principio.
Es posible que nunca se llegue a una explicación satisfactoria. Sin embargo, esta incógnita ha detonado las más grandes búsquedas científicas para encontrar el génesis del sentido. No hay mente más brillante en el tema que Stephen Hawking. Un hombre que se atrevió a preguntar si habría una ecuación que pudiera explicar por qué existe el universo. A sus 73 años recibe un emocional tributo a su vida, trabajo y matrimonio en “La Teoría Del Todo” (The Theory of Everything, 2014).
Basada en el libro autobiográfico “Traveling To Infinity: My Life With Stephen”, Jane Hawking relata la historia de amor detrás de una gran ecuación. La búsqueda del balance entre la enfermedad y el amor.
Stephen (Eddie Redmayne) alguna vez fue un joven brillante y carismático. Algo que jamás podríamos haber imaginado al ver al hombre postrado en su silla eléctrica, hablando a través de una computadora. Un cosmólogo excepcional pero socialmente inhibido que es diagnosticado con una enfermedad degenerativa que le deja paralizado. Su gran intelecto se ensombrece ante una corta expectativa de vida.
Pero así como nace el universo, surge el amor: implacable e inesperado. La chica que conoció en una fiesta se convierte en su compañera de vida. Jane (Felicity Jones), una estudiante de literatura, se interesa en él y cuando la tragedia golpea, está decidida a quedarse hasta el final. Esto desencadena momentos felices y de esperanza para Stephen, pero al mismo tiempo agrava los problemas de cualquier matrimonio típico, aunque estén lejos de serlo.
Un matrimonio donde la fidelidad se pone en juego cuando las situaciones son extremas, pero que lo mismo no implica que no exista el amor. Es aferrarse a una persona sin importar su condición, simplemente porque la amas. Habrá mucho que decir sobre la ciencia detrás de sus teorías, pero en esta película es solamente un detalle más, y eso se agradece.
La película “La Teoría Del Todo” (The Theory of Everything, 2014) no tendría la carga emocional que logra de no ser por Eddie Redmayne.
Consigue representar al genio desde la postura hasta la voz, sin exagerar. Su química con Felicity Jones es natural y efervescente; ella también empieza a descubrir sus buenos papeles. Todo adornado con una luz cálida, enternecedora, con un montaje de cortocircuito que logra humedecer los ojos.
“La Teoría Del Todo” es la primera película biográfica que se siente real en mucho tiempo.
El mismísimo Hawking confesó haber llorado al verla, así que siéntanse en su derecho. No es para menos: es una historia sobre el amor y la definición del mismo, los límites que impone la sociedad y cómo hay fuerzas en el universo que, aunque inexplicables, mantienen todo en su lugar.
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