Un remake es necesario cuando actualiza un clásico al tiempo en que se realiza. Esta versión del clásico de H.G. Wells presenta la que es su principal aportación: Contar la historia desde el punto de vista de una víctima de violencia de género.
Leigh Whannell, interesante director y guionista -además de actor-, ha realizado una película trepidante gracias a una magnífica planificación que sugiere más que muestra.
El filme posee un sentido del suspense que hubiese satisfecho al mismísimo Alfred Hitchcock, donde se nos va proporcionando una información de la que la protagonista carece.
Se agradece que la dirección de Whannell prácticamente no muestre interacción directa del villano ni con la protagonista ni con su entorno, haciendo que su “presencia” sea más parecida a la de un Ente sobrenatural que a la de un ser de este plano físico.
El otro pilar que consigue que la película logre su elevado nivel es el trabajo de la excelente Elisabeth Moss -a la que hemos visto en Mad Men, Top of the Lake o The Handmaid’s Tale-, en su papel de Cecilia Kass, quien hace que nos identifiquemos con su personaje y todo resulte creíble.
Con un montaje ajustado a las necesidades de lo que está narrando, se agradece que evite el montaje frenético tan usado en estos tiempos, juega con el plano fijo y el espacio para generar en el espectador la misma inquietud qué tiene la protagonista: localizar dónde se encuentra la amenaza invisible que la aterroriza.
Veamos un ejemplo:
El director sitúa a los personajes en un único plano dejando un espacio entre ambos.
Cuando la protagonista se queda sola se mantiene el encuadre, conservando el espacio vacío, para que el espectador imagine donde está el acosador invisible.
Vemos que deja el cuchillo sobre la mesa.
Y se dirige hacia la puerta tranquilamente…
… sin percatarse de que la amenaza invisible coge el cuchillo.
La cámara continúa rodando para dejar que el espectador imagine dónde está y qué puede ocurrir.
Pronto obtenemos respuesta: una mano invisible sube la intensidad del fuego.
Hasta que se prende.
Con una sola posición y un único tamaño de plano, con recursos visuales inteligentes y sutiles, el director logra que el espectador “vea” lo invisible. No se la pierdan.
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Director y guionista de cine y televisión. Profesor de Historia del cine, de guion y de dirección en diferentes escuelas e instituciones. Como escritor ha publicado estudios, críticas y artículos relacionados con el séptimo arte. Ha publicado Te acordarás de mí, una novela negra ambientada en el Madrid de Primo de Rivera.
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