“Inventando A Anna” (Inventing Anna, 2022) es una miniserie que relata el caso real de Anna Delvey; una joven mujer de origen alemana que engañó a la clase alta neoyorquina, haciéndose pasar por una importante heredera.
Con Julia Garner, Anna Chlumsky y Laverne Cox en los papeles protagónicos, “Inventando A Anna” cuenta que es el “sueño americano” un largo camino de sacrificio que debe comenzar en la pobreza y atravesar dificultades que la voluntad deberá sortear.
Para así poder llegar a la única meta: ser rico. Al menos esa es la metáfora de vida que los norteamericanos exportan para justificar cierto egoísmo a la hora de contener o propiciar la movilidad social.
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Anna es una inmigrante estafadora rusa-alemana, condenada a prisión, que entiende como acortar esos caminos meritocráticos con atajos que la misma sociedad ofrece. Debe encandilar y engañar, mimetizarse de rica y poderosa y seducir a sus víctimas.
Entre ellos estilistas, hoteles, banqueros y conocidos adinerados son su primer horizonte. La idea es simple: se mostrará como una excéntrica millonaria que quiere poner una fundación en un hermoso y lujoso edificio para beneficio del arte y la cultura.
Entre 2013 y 2017, mientras la protagonista de “Inventando A Anna” vivía en EE.UU, se hizo pasar por una heredera bajo el nombre de Anna Delvey y fue condenada por múltiples cargos de intento de hurto mayor; hurto en segundo grado y robo de servicios en relación con estos delitos, en 2019.
Los nuevos millonarios de compañías online, en su mayoría jóvenes emprendedores e hijos de otros ricos ya establecidos, transformaron a estos mundos en algo idealizado vía Instagram. Codeándose con celebridades en los lugares más paradisíacos del mundo y construyendo un estereotipo de vida, que en algunos casos (como el de Anna) se puede tornar una obsesión a conseguir.
La serie se basa en una larga nota publicada en la Revista New York , pero con varias licencias artísticas. En la serie creada por Shonda Rhimes, el relato es de la periodista Vivian Kent, una mujer embarazada (en la ficción es la Revista Manhattan) que se lanza a investigar esta misteriosa historia, al mismo tiempo que se lleva a cabo el juicio por los supuestos delitos cometidos.
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Las entrevistas que Kent hace van conectando la historia. Todas las personas que fueron engañadas y estafadas durante el periodo en que Anna se mostraba como una importante mentora artística; ante un sector de la sociedad que elegía creer su relato, casi solo como diversión.
Los bancos accedieron a permitir algunos de los descubiertos que Anna generaba en su vida licenciosa, pero jamás aprobaron sus pedidos de crédito para la compra y construcción de una fundación para promover el arte. Por lo tanto, no se cansa de engañar desde celebridades de la moda, financistas, señoras que se dedican a la filantropía, millonarios de Silicon Valley, hasta banqueros y conocidos.
La periodista, Vivian Kent, tiene una serie de reuniones con Anna en la cárcel de Riker Island en la que está encerrada esperando su juicio. Y es ella la que relata una historia totalmente distinta, donde todos y cada uno de sus tropiezos son productos de la misoginia y el recelo envidioso de una clase social que no tolera que una extranjera sea exitosa.
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“Inventando A Anna” tiene nueve episodios de más de una hora cada uno, de un relato que va y viene desde un tiempo pasado glamoroso, a un presente gris con la tensión de una inminente condena penal.
Julia Garner en el rol de Anna, quien además de vestirse siempre con las ropas más caras, utiliza un acento que desconcierta y se mueve con modales que oscilan entre omnipotentes; como si fuese una estrella de cine, a crisis de nervios, también es casi un holograma fascinante y extraño de alguien impenetrable. Y cuando es expuesta como un fraude, su actuación es una palestra con todos los colores.
Lo que “Inventando A Anna” (Inventing Anna, 2022) hace muy bien es mostrar la banalidad snob de ciertas élites que confían ciegamente en los que creen sus iguales e intentan negocios sin chequear información o datos; liberados de la culpa que pueda generar perder unos dólares, siempre y cuando la aventura valga la pena.
La serie no profundiza la relación con el machismo y la misoginia del mundo de los negocios. Vivian, la periodista de clase media que la entrevista, está entre fascinada y horrorizada por el personaje.
Ella también está siendo presionada por su jefe y es ayudada por tres compañeros de redacción, algo relegados laboralmente y que desde esa misma distancia con el editor, se acercan a esta obsesión por Anna Sorokin.
El modo narrativo de la serie es enérgico; veloz; nombres de celebridades; marcas y hoteles lujosos; intentan mantener esa línea de flotación seductora y entretenida, merodeando constantemente un trasfondo sugerido, que en algún punto no deja de ser una pequeña tragedia “made in USA”.
Puedes ver el tráiler aquí:
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Soy periodista mayormente de radio. Pienso a la profesión como una manera de estimular el pensamiento crítico del que escucha, lee o mira. El cine es un placer que nos permite disfrutar de vidas y momentos en los que siempre hay algo nuestro reflejado. Trabajé en radios comerciales, cooperativas y universitarias. Poder describir con palabras lo que una película me hace pensar y sentir, es mi intención y mayor meta para con el lector.
