Un cortometraje debe considerar que no cuenta con un mercado rentable, por lo que surge la duda: ¿Quién debería cobrar cuando se realiza un cortometraje?
Un cortometraje o como se les suele llamar “corto”, es un formato popular de la producción audiovisual cinematográfica. Sea ésta ficción, documental o animación, lo que lo diferencía de una película o largometraje es su duración de hasta 30 minutos como máximo.
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Un corto puede abarcar todo tipo de géneros y estilos.
Los cortometrajes suelen ser más fáciles y viables de realizar que una película gracias a su formato corto, ya que esto reduce costos, personal técnico y locaciones. Esta cualidad económica permite a los autores una mayor libertad creativa y les permite dar inicio a sus carreras en el mundo del cine sin invertir enormes cantidades de dinero.
Por lo mismo se suelen realizar sin fines de lucro, con bajo presupuesto y entre amigos o colegas que van comenzando en la industria, ya que el fin es aprender a hacer cine y dar una demostración de nuestro trabajo.
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En el libro “Manual Básico De Producción Cinematográfica” de Marta Orozco y Carlos Taibo se alza el caso para la no-remuneración en la producción de cortometrajes.
El libro hace hincapié en la importancia de mencionar cómo normalmente en la realización de un cortometraje mucha gente no cobra, pues lo hacen por participar en una obra artística, con la idea de que están ayudando a crear dos carreras: la del director-productor, y la propia.
El libro también explica cómo resulta raro que se pague a los actores en un corto. Los sindicatos de actores no suelen intervenir en esto (aunque quizás esta postura ha ido cambiando) debido a que en principio, al ser esta una actividad sin fines de lucro, no se le considera “profesional”.
Aunque es verdad que existen cortometrajes que, en efecto, son considerados profesionales. En algunos se cuenta con un presupuesto decente gracias al patrocinio privado (recaudado por los mismos realizadores, ya sea con dinero propio, o con donaciones de amistades y familiares); o con fondos públicos como aquellos que surgen de convocatorias de cine (Imcine, Focine, etc).
Incluso hay cortometrajes profesionales realizados por autores consolidados, como en el caso de las obras cortas de David Lynch o Yorgos Lanthimos. La realidad es que la gran mayoría de las obras cortas en existencia no son realizadas bajo estas condiciones que las vuelvan propiamente «profesionales». Por lo tanto a este esquema de realización no se le debe considerar la norma.
Fuera del circuito de exhibición en festivales de cine (donde la audiencia no se compara con aquella que asiste a ver cine comercial en los multiplex), y quizás un éxito viral en internet (YouTube o Vimeo), los cortometrajes no tienen una salida viable que las pueda remunerar.
“Las películas son productos culturales de una naturaleza heterogénea. Requieren enormes esfuerzos creativos y cuantiosas inversiones financieras.”
Andrew Tudor, autor de “Cine y comunicación social”
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Nadie paga por ver un cortometraje.
Y peor aún, no se suele buscar ver un cortometraje como podría suceder con una película u otro tipo de contenidos, como los videos de las redes sociales. Documentales, vlogs de YouTube o incluso TikToks son más buscados activamente por los consumidores que a un cortometraje, especialmente proviniendo de un realizador novel no tan reconocido.
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A un buen productor, lo hace un buen equipo.
Hay un dicho que dice “Quien paga con cacahuetes contrata monos”. Quizás por eso sea importante para el productor de un cortometraje rodearse de gente que considera valiosa y confiable, personas aptas que considere capaces y creativos.
“Una máquina de escribir necesita solamente papel. Una cámara requiere película, toneladas de equipo adicional y varios cientos de técnicos especializados. Ése es siempre el hecho central acerca del cineasta a diferencia de cualquier otro artista. Un cineasta nunca puede pagarse sus propias herramientas.”
Orson Welles
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Si el cine es un trabajo en equipo, ¿no debería el equipo hacer un sacrificio?
El trabajo de un realizador audiovisual y el de un actor en la creación de cortometrajes no es diferente del que se realizaría en un largometraje, en teatro, o televisión. Así que quizá lo correcto en teoría sería una remuneración, con opción de comprometerse “por amor al arte” a un pago simbólico. Esto puede ser algo que cubra sus traslados y comidas durante el proyecto, y de ser posible un poco más.
Por más “low-budget” que sea el proyecto, un realizador siempre deberá buscar la manera de retribuir a las personas que han creído en él.
Como todo buen comandante, hay que reconocer el esfuerzo del equipo. Uno que siempre va a estar en la línea frontal de la batalla, que de ser reconocido por su esfuerzo no te dejará tirado un día antes de rodar. Solo piensa, ¿cómo sabemos si esa persona no tiene algo más interesante que hacer con su tiempo que desperdiciarlo en tu proyecto pasional?
Un miembro del crew remunerado con más que solo experiencia es un realizador contento, se sentirá más comprometido con el proyecto y dará su mejor esfuerzo.
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¿Hay esperanza de remuneración para los cortometrajistas?
Es claro que el dilema sobre la remuneración monetaria en las obras cortas no es un tema en blanco y negro. Y nos deja muchos matices circunstanciales que vuelven difícil determinar quién debería cobrar en un cortometraje, y si acaso.
Es importante abrir el diálogo entre realizadores con respecto al tema y lograr converger en una medianía amena para todos. También resulta claro que no todos llegaremos a las mismas conclusiones al respecto.
Me gustaría saber qué opinas tú como lector sobre la remuneración del cast & crew durante la realización de un cortometraje. Déjanos tu aporte en los comentarios que aparecen más abajo.
Soy Emiliano Caballero (IMDb), cineasta y editor en jefe de CinReservas. Te invito a ver mi trabajo profesional en YouTube y a seguir mis redes en Facebook e Instagram.
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Productor audiovisual & Cineasta regiomontano.
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Soy guionista y tengo rodados 12 cortos, de los cuales, solo de alguno de ellos he recibido remuneración -buena o casi nada- y del resto, he sido OBLIGADO –por una cosa o por otra- a no percibir ni un centavo. Muchos cortos se financian con apoyos del gobierno y otros son financiados con dinero propio. Cuando es con dinero del gobierno se debe considerar una paga justa de acuerdo a la trayectoria y profesionalismo del personal -no a un tabulador pitero que anda por ahí, que en vez de apoyar a la comunidad, perjudica-. Hay gente en provincia que solo les pagan a los que vienen de fuera y a los locales, por no tener tanta preparación, no son consideraros para percibir ningún sueldo. Creo que toda persona que desempeñe una labor, debe recibir por lo menos, una remuneración mínima por su trabajo, para que no tenga que desembolsar nada de su dinero. Yo por ejemplo, cuando me invitan a trabajar y no es un corto financiado por IMCINE, me ajusto al presupuesto del proyecto -siempre y cuando me resulte interesante- o llego a un acuerdo de convertirme en coproductor a cambio del salario que debería estar percibiendo. Eso sí, ahora ya no desembolso nada de mi dinero, hace mucho tiempo que pagué mi derecho de piso y con creces.