Hoy en día todos conocemos a Stanley Kubrick. Seamos o no cinéfilos, si no estamos familiarizados con alguna de sus películas hemos visto al menos una referencia de su obra en la cultura pop.
Desde parodias en Los Simpson hasta referencias en películas de Pixar. Como lo es la pestaña falsa de Alex en “La Naranja Mecánica” (1971); la frase ‘Here’s Johnny!’ de Jack Nicholson en “El Resplandor” (1980); o la música de ‘El Danubio Azul’; o los tambores de ‘Así habló Zarathustra’ en “2001: Odisea Del Espacio” (1968). Es innegable que el director Stanley Kubrick ha dejado su huella en nuestras vidas de una u otra forma.
Stanley Kubrick era legendario por ser un director perfeccionista y exigente, sus rodajes eran conocidos por ser desesperadamente largos.
Su última cinta “Ojos Bien Cerrados” (1999), obtuvo el récord guinness por tener el rodaje constante más largo en la historia, con 15 meses de rodaje continuo, esto debido a los incontables cambios y repeticiones de tomas que realizaba.
Su atención al detalle era legendaria, hoy en día es difícil discutir sus métodos cuando sus frutos consisten en ser uno de los nombres más reconocidos de la industria y cuyas 9 de sus 12 películas están dentro del Top 250 de la IMDb (Base de datos de películas en Internet). Es por eso que en CinReservas nos gustaría explorar más el perfeccionismo de esta leyenda. A continuación exploraremos anécdotas descabelladas y sorprendentes de algunos de sus rodajes.
Por ejemplo, en “2001: Odisea Del Espacio” (1968) Kubrick exigió que todo el equipo tecnológico visto en pantalla fuese construido para funcionar verdaderamente en la luna. Trabajando en el desarrollo de este equipo junto a la NASA mientras ésta se preparaba para mandar a la luna a la tripulación del Apollo 11. Incluyendo el más mínimo detalle, hasta las instrucciones sobre cómo usar el baño de la nave espacial.
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Similarmente, la bomba B-52 construida para el final de “Dr. Strangelove” fue descrita por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos como “Absolutamente correcta”, lo cual preocupo al complejo ya que al momento del estreno del filme, esta bomba aún era un armamento clasificado.
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Ya que estamos con “Dr. Strangelove” aprovechamos para contarles una de las anécdotas más extrañas sobre un detalle específico exigido en cine. Hablamos sobre el ‘cuartel de guerra’, donde los líderes del mundo se debaten por la fe de la humanidad. Kubrick insistió por decisión propia que la gran mesa redonda donde los líderes estaban reunidos debía ser del color y textura que una mesa de poker verde. Así es, la mesa debía ser forzosamente VERDE, en una película rodada a Blanco & Negro. Sería una gran metáfora para expresar cómo los líderes están jugando una partida de poker con el destino el planeta si tan solo fuésemos capaces de ver su color.
“La Naranja Mecánica” (1971) no se libra de las exigencias de su director. Las tácticas de tortura de Kubrick hacia sus actores son bien conocidas, y seguiremos mencionándolas en este artículo más adelante. El actor principal que interpreta a Alex, el conocido Malcolm McDowell, no solo debió soportar rodar escenas 50 veces consecutivas, tuvo que soportar mantener una serpiente de mascota durante el rodaje a pesar de tenerles fobia.
Otro instante destacado sería cuando Alex está en el suelo y un hombre le pisotea el pecho para probar la eficacia del tratamiento Ludovico, ya que Kubrick instruyó que a McDowell se le pisoteara de verdad, tronándole las costillas y provocando un ataque de asfixia al actor.
La que es probablemente la escena de tortura real más conocida de esta película sería la escena de la rehabilitación visual, en la que Alex es forzado a ver videos violentos con los ojos forzosamente abiertos por equipo médico metálico.
Es difícil de creer que esta escena sea 100% real, el doctor aplicando las gotas sobre sus ojos es un médico de verdad que debía aplicar dichas gotas o arriesgaba dejar a McDowell permanentemente ciego. Aun con las máximas precauciones profesionales, McDowell no se salvó de que le dañaran su córnea severamente, y Kubrick, en vez de detener la producción solo dijo, “Vamos, hagamos la escena, favoreceré tu otro ojo.”
Ahora, creo que para este punto todos aquí lectores estamos aunque sea referenciados con la escena de “El Resplandor” (1980) en la que Shelley Duvall revisa los avances de la novela de Jack Nicholson solo para descubrir que todo repite la misma frase miles de veces: “All work and no play makes Jack a dull boy” (literalmente, “solo trabajo y nada de juego hacen de Jack un chico aburrido.”)
Y uno puede preguntarse, Jack debe estar volviéndose loco ya que ninguna persona cuerda haría algo así; solo que en este caso, Kubrick no era ningún cuerdo al respecto. El director hizo que su secretaria pasara meses escribiendo cada una de las cientos de páginas individuales manualmente con una máquina de escribir. Prácticamente forzándola al mismo camino que nos hace saber que Jack estaba perdiendo la cabeza.
Y si de alguna forma podemos añadir una capa extra de insanidad a este detalle, es el hecho de que cada versión doblada para distintos países incluía su propia versión de esta pila de hojas en un idioma distinto. Algo que Kubrick repetiría después para algunos panorámicos y las notas de “Ojos Bien Cerrados” (1999).
Stanley Kubrick era uno de esos genios indiscutibles del cine, considerado una leyenda desde mucho antes de su muerte en 1999.
Si cada una de sus tomas, cada acción y cada línea de diálogo parece estar perfectamente moldeada y actuada, eso es porque tenían que serlo, por la pura exigencia visionaria del director; de lo contrario nadie se podría ir del set.
Ahora si bien, aquí no lo estamos criticando negativamente por su comportamiento perfeccionista, a muchos de nosotros nos gusta que las cosas se hagan bien hechas. Y por más que podamos homenajear y alabar dicho comportamiento, existe una delgada línea entre ser perfeccionista y convertirse en un obsesivo-compulsivo.
En “Ojos Bien Cerrados” (1999) hay una escena donde Sydney Pollack tiene que pararse de su silla, caminar y abrir una puerta, sin diálogos, algo bastante sencillo. Si no fuera porque Kubrick obligó al actor a realizar la misma acción de: “Ponerse de pie, caminar, abrir la puerta” una y otra vez sin descanso durante dos días seguidos.
Y si de maratones dramatúrgicos hablamos, nada vence a la infame escena del bate en “El Resplandor” (1980) Un rodaje inicialmente contemplado para tomar 17 semanas tuvo que extenderse 1 año entero. Una de estas razones fue para repetir la escena donde Shelley Duvall intenta atacar a Jack Nicholson con un bate, dicho plano secuencia por sí solo requirió de 127 tomas, rompiendo el récord de “mayor número de tomas para una sola escena del cine con diálogo hablado”.
Al rodaje entero le tomó un año arduo de realizar las mismas tomas una y otra vez.
Nadie sufrió más el rodaje que Shelly Duvall, a quien Kubrick gritaba, insultaba y exigía a tal grado de que ella comenzara a perder mucho cabello debido al estrés. Se enfermó físicamente por tener que soportar los regaños y gritos de Kubrick; algo que se terminó por confirmar como una condición médica real hasta después de éste caso.
Aparentemente la intención de Kubrick aquí era crear un ambiente hostil hacia Duvall, para sacar de ella la mejor interpretación posible de su papel. ¿Cómo suponía Kubrick sacar las mejores interpretaciones de una mujer asustada en la historia del cine sino asustandole realmente durante 365 días consecutivos?
Es increíble apreciar en retrospectiva la vida y obra de un ser tan idiosincrático, tan mítico y anecdótico como Stanley Kubrick.
Quien nos dejó mucho que aprender y mucho por analizar en su obra, así como mucho que criticar y sobre el cual reflexionar. Incontables críticos han examinado sus obras a más no poder y después de todos estos años seguimos encontrando cosas nuevas que contar.
¿Qué te ha parecido conocer estos impactantes detalles del director? ¿Conoces algún otro que se nos haya olvidado mencionar? Estamos seguros que existen más historias sobre Stanley Kubrick que olvidamos cubrir aquí. ¡Si conoces alguna cuéntanos en los comentarios!
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